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Los farmacéuticos alertan del incremento de casos de sumisión químicaPexels

Qué es la sumisión química, qué drogas se utilizan y cuáles son sus efectos

La sumisión química es una práctica cada vez más frecuente en los casos de violencia sexual

La sumisión química es, principalmente, un método que se ha popularizado en los últimos años en multitud de países para ejercer violencia sexual y salir impune del delito. Consiste en el uso de sustancias para anular por completo o parcialmente la voluntad de la víctima y que esta sea incapaz de recordar lo sucedido y, por tanto, de denunciar al atacante de forma directa.

En España, hasta la actualidad, se han encontrado muy pocos datos referidos a casos de agresiones sexuales en los que se ha recurrido a sustancias psicotrópicas o alcohol para anular a la víctima. Es muy difícil conocer el número real de casos existentes, no solo por la dificultad de las víctimas para recordar lo ocurrido, sino también por las dificultades para detectar las sustancias implicadas por su corto periodo de tiempo en el organismo.

No obstante, según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Barcelona y el Ministerio del Interior en 2021, un 31 % de los actos de violencia sexual, graves y sobre mujeres adultas que acuden a urgencias por una agresión, se dan bajo los efectos de la sumisión química.

Por su parte, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) estima que el pasado año se produjeron 3.001 agresiones sexuales y, tras analizar 994 de ellas ante la sospecha de que pudieran haberse cometido bajo sumisión química, «el resultado dio positivo en el 72 % de los casos».

Dependiendo de cómo se produzca la ingesta de la sustancia, podemos hablar de distintos tipos de sumisión química:

  • Sumisión química proactiva: El atacante administra de forma deliberada una o varias sustancias a la víctima de manera encubierta, utilizando otras sustancias.
  • Sumisión química oportunista: En este escenario se produce la ingesta voluntaria por parte de la víctima de una cantidad de sustancias o alcohol que provoquen un estado de intoxicación suficiente que es aprovechada por el asaltante.
  • Sumisión química mixta: Se produce la ingesta voluntaria de la víctima de sustancias o alcohol a la vez que la administración encubierta de otras por parte de su asaltante.

El perfil de las víctimas

En la página web de la Comunidad de Madrid explican que el perfil habitual de la víctima es el de una mujer joven (en nuestro país española o latinoamericana), que admite consumo de alcohol previo al episodio y que sufre amnesia parcial o total de los hechos. Por supuesto, este perfil es el mayoritario, lo que no implica que sea el único.

En varias ocasiones se han denunciados hechos en los que hay sospechas de sumisión química con el fin de obtener dinero o bienes bajo los efectos de diferentes sustancias.

¿Qué tipo de drogas se utilizan?

El alcohol suele ser la sustancia más empleada en la sumisión química, ya que está aceptada socialmente y en muchas ocasiones las propias víctimas lo consumen libremente, pero las sustancias implicadas pueden ser múltiples.

En declaraciones recogidas por diferentes medios, el doctor Guillermo Burillo, coordinador del grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), así como médico de Urgencias en el Hospital Universitario de Canarias en Tenerife, explicaba que, además del alcohol, hay un porcentaje de los casos en los que se emplean benzodiacepinas.

Las benzodiacepinas son medicamentos psicotrópicos con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes que suelen utilizar para conciliar el sueño.

Así mismo, aunque con menor frecuencia, hay ocasiones en los que se emplean productos que tienen un anestésico, como el éxtasis líquido, y productos como la burundanga, preparados con escopolamina que se administran por la vía oral pasando desapercibidos para la víctima por no tener olor, color, ni sabor.

¿Cuáles son sus efectos?

Los efectos de estas sustancias incluyen la sedación y la amnesia anterógrada. La víctima no recuerda nada de lo ocurrido y en el momento en el que las drogas actúan puede mostrarse desinhibida e incluso colaborar con el atacante.

Muchas de estas sustancias, como es el caso de la burundanga, tienen una vida media muy corta por lo que, en el momento en el que la víctima se da cuenta de que algo va mal, de que no recuerda nada y presenta signos en el cuerpo de haber sido objeto de violencia, es ya tarde. Para el momento en el que acude al hospital no suelen quedar rastros de la droga en la sangre o en la orina.