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Los perros grandes, de pelo abundante y originarios de climas fríos no soportan bien el calorPixabay

Estos son los perros que más sufren en verano y los que soportan mejor el calor

Durante los meses de verano, en muchos puntos de España, se superan con frecuencia los 40º en el termómetro, temperaturas demasiado extremas para algunos de nuestros amigos peludos

En los últimos días España ha atravesado una de las olas de calor más largas de la historia desde que se registran datos. Las temperaturas extremas han provocado un gran número de problemas de salud e incluso la muerte de muchas personas. Es fundamental que nos protejamos del calor y cuidemos también de nuestros amigos de cuatro patas más vulnerables: los perros.

Los canes son animales especialmente vulnerables a las altas temperaturas, no solo por el pelaje que recubre su cuerpo, sino también porque carecen de glándulas sudoríparas con las que poder regular su temperatura corporal. Combaten el calor a través de los jadeos o de las almohadillas de sus patas, una vía por la que pueden sudar. Sin embargo, este proceso de regulación es mucho más lento, por lo que el animal puede aumentar más rápidamente su temperatura y, finalmente, sufrir un golpe de calor, que puede ser muy peligroso.

Factores como el pelaje, la edad, el peso o el tamaño de la nariz pueden influir en su capacidad para aguantar el calor en verano. Te contamos cuáles son algunas de las razas que más sufren en la época estival y cuáles prefieren los climas cálidos:

Las razas que peor aguantan el calor

Hay perros originarios de zonas frías que cuentan con abundante pelo y una espesa capa de grasa que les ayuda a mantener su temperatura corporal cuando los termómetros están bajo cero. Estos perros sufren mucho con el calor. Entre ellos encontramos a los siguientes:

Razas originarias de zonas frías

  • Husky siberiano
  • Chow chow
  • San Bernardo
  • Alaskan malamute
  • Terranova
  • Akita
  • Perro de montaña de Berna
  • Mastín tibetano
  • Samoyedo
  • Pastor alemán

Imagen de un cachorro de Husky siberianoPixabay

Tampoco aguantan bien el calor los perros braquicéfalos, es decir, aquellos que presentan un hocico corto y una nariz achatada, con fosas nasales pequeñas y una tráquea corta.

Perros braquicéfalos

  • Bulldog francés
  • Bulldog inglés
  • Pequinés
  • Carlino
  • Bóxer
  • Boston Terrier
  • Shar pei
  • Shih tzu

Imagen de un Bulldog inglésPixabay

Los perros que mejor aguantan el calor

Por otro lado, hay perros cuya anatomía está más preparada para los climas cálidos y, por tanto, son capaces de sobrellevar mejor el calor. Así, los perros con hocicos largos, pelo corto y poco abundante suelen poder hacer frente a las altas temperaturas con menos problemas de salud.

Uno de los perros que mejor soporta las altas temperaturas es el dóberman. Su hocico largo le evita problemas respiratorias y su pelo corto y su cuerpo delgado no está preparado para mantener el calor como el de sus parientes de zonas frías.

Otros perros de hocico largo que aguantan las altas temperaturas son el galgo, el pointer, el dogo alemán y el pinscher.

Imagen de un DóbermanPixabay

Los perros pequeños y de pelo corto no suelen soportar bien el frío. Su diminuto cuerpo no retiene el calor por lo que prefieren los climas cálidos. Es el caso de los chihuahuas.

Imagen de un ChihuahuaPixabay

Otros perros que también aguantan bien el calor son los de pelo áspero, como el Jack Russel Terrier, que les protege de las altas temperaturas.

La edad y el peso, factores clave

Pero como decíamos anteriormente, no solo la raza influye en la resistencia al calor de los perros. Por norma general, los animales obesos soportan peor las temperaturas, ya que tiene un bajo rendimiento metabólico debido al exceso de grasa, por lo que les cuesta más regular su temperatura corporal.

Y además del peso, la edad es un factor clave. Los cachorros, por la inmadurez de su sistema metabólico, no suelen llevar bien el calor. Algo parecido ocurre con los perros mayores, ya que su capacidad para mantener la temperatura corporal se ve debilitada por los achaques de la vejez.