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El mes de julio ha sido de grandes eventos y por ende, enormes aglomeraciones, sin que eso haya significado un empeoramiento de la situación epidemiológica

Coronavirus

La grata paradoja de la covid: la incidencia cae en picado tras los grandes eventos festivos de julio

España encara la recta final del mes de julio con una situación epidemiológica favorable, pese a que las previsiones parecían no ir en esa trayectoria.

Cuando comenzó el mes, con sus sanfermines en Pamplona, las fiestas del Orgullo en Madrid, los consabidos festivales de música estivales... se temía que esas aglomeraciones disparasen, días después, los contagios y la incidencia acumulada.

Sin embargo, y esa es la grata paradoja, nada de eso ha ocurrido. Según el último informe disponible, el que Sanidad dio a conocer el martes, la IA continúa disminuyendo tras una caída de más de 163 puntos, hasta los 694,73 casos por cada 100.000 habitantes. El número de pacientes ingresados en los hospitales con covid también va a la baja, pasando de los 10.489 registrados el pasado viernes hasta los 9.826 de la actualidad.

Los negros augurios de hace un mes

La situación hace ahora justo un mes era bien diferente. En ese momento, los sublinajes BA.4 y BA.5 de la ómicron campaban a sus anchas, gracias a su capacidad de reinfectar a quienes ya habían atravesado la enfermedad.

Eran, mayoritariamente, casos leves, pero en un contexto, a las puertas del verano, donde se temía que los grandes eventos sin apenas restricciones provocasen una ola masiva que al final repercutiera sobre la presión hospitalaria. Evidentemente, cuando suben los contagios, crecen las hospitalizaciones.

La BA.4 y la BA.5 no parecían ser más graves que los anteriores, sino todo lo contrario, y la vacunación seguía mostrándose como la vía más fiable para evitar los casos graves y las muertes. Pero sobre el escenario pintaban bastos: eventos de celebración masiva, que a algunos tachaban de irresponsabilidad, y un periodo estival con menos médicos y centros de salud cerrados por las vacaciones de los sanitarios.

Ante la que parecía venirse encima, la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, apareció el 1 de julio recomendando volver a la mascarilla, debido al auge de positivos.

No parecían tenerlas todas consigo en el Ministerio ante el avance y el impacto de la séptima ola, aunque con los últimos informes respirarán más tranquilos.

¿Y ahora qué?

Julio se despide con las playas y piscinas llenas, debido a la inclemente ola de calor, y dejando atrás los primeros sanfermines, fiestas del Orgullo Gay de Chueca, festivales musicales y otros grandes eventos sin restricciones tras la pandemia.

Muchos de esos grandes eventos tuvieron lugar los primeros días del mes y como se ve, su conmemoración apenas se ha dejado notar en los datos epidemiológicos. Es más, la situación ha mejorado. Por tanto, ¿y ahora qué?

La pandemia del coronavirus y las subsiguientes mutaciones del SARS-CoV-2 han demostrado que todo es posible, pero nada es seguro.

Pero también hay un hecho cierto, y a él se agarran los más optimistas, que no temerarios: se han celebrado grandes aglomeraciones este verano –que tendrán su continuación en agosto–sin que eso signifiquen malas noticias.