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Un vecino ante las llamas mientras colabora en las labores de extinción del incendio de Cures, en Boiro, La CoruñaEFE

Incendios

Precariedad laboral y abandono rural, el cóctel que ha quemado España

Los bomberos exigen la aprobación de un estatuto básico para ayudar a profesionalizar el sector tras los graves incendios de este año

«Hay incendios que han quemado entre 10.000 y 15.000 hectáreas en 24 horas, cuando eso antes no ocurría». Son palabras del portavoz de la Asociación de Trabajadores de las BRIB (ATBRIF) y bombero forestal, Juan Carlos González, que denuncia la precariedad laboral y el abandono rural que ha llevado a la temporada de incendios más virulenta en lo que va de siglo.

Ya se han acumulado más de 230.000 hectáreas de superficie quemada, según datos del Sistema de Información de Incendios (EFFIS) de Copernicus. Se trata del peor dato desde que se inició esta serie histórica en 2006 y la temporada más catastrófica desde 1994.

A las temperaturas anormalmente altas que hemos sufrido se suman además el abandono rural y la precariedad laboral criticada por González, que explica que «los pueblos estaban ocupados hace tiempo, se hacía uso de los montes y eso ahora no ocurre».

Emilio Maroto, ingeniero técnico forestal que trabajó para la Junta de Castilla y León, añade que la situación actual «ha variado» por el impacto del clima, lo que «ha cogido desactualizados algunos protocolos». «En esta zona, el operativo contra incendios forestales debería haberse actualizado al albur de las nuevas circunstancias climáticas y sociales».

«Otro factor para que los incendios ocurran de esta manera», señala González a Efe, «es la precariedad laboral que existe en ciertos dispositivos autonómicos y en el propio estatal». Este bombero forestal destaca el caso de Castilla y León, una de las regiones más afectadas por los fuegos, donde existe una alta temporalidad, bajos salarios y una importante externalización del servicio.

Desde la Asociación de Trabajadores de Incendios Forestales de Castilla y León (ATIFCyL) denuncian los problemas de avituallamiento. «No podemos alimentarnos a base de tres bocadillos al día cuando estamos perdiendo 7.000 calorías en un incendio porque estamos 18 horas sudando con un EPI que nos cubre todo el cuerpo».

Las asociaciones de bomberos llevan tiempo reclamando un estatuto básico de bomberos forestales que garantice unas condiciones laborales básicas. Sin embargo, el parón político está paralizando su desarrollo. El pasado 1 de agosto, el Gobierno sacó adelante un real decreto sobre incendios forestales, pero sin un estatuto que defina una serie de puntos clave será imposible su profesionalización.

Para CCOO, «profesionalizar el sector es algo fundamental si creemos en la biodiversidad. Lo demás es simplemente marketing institucional, estatal y autonómico». Este sindicato recuerda que existe un acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales en el que se comprometía, a través del MITECO, a aprobar el anteproyecto de ley del estatuto básico de bomberos forestales.

«A estas alturas nos encontramos en una situación de total desidia por parte del Ministerio, intentando desviar el asunto a interpretaciones competenciales a las que con gusto se suman las CCAA, para al final no cumplir con lo acordado y aparcarlo definitivamente», señalan.