Estafa dental
La peligrosa (y chapucera) moda de «arreglarse» la boca en Turquía que ha dejado 17 muertos en tres años
Varias clínicas ofrecen a cambio de precios irrisorios operaciones cuyo resultado final se traduce en una dentadura de tiburón que ocasiona graves daños en la salud
La modelo británica Katie Price viajó en agosto de 2020 a Turquía en busca de la sonrisa perfecta. Pese a tener una dentadura saludable y reluciente, una clínica le ofreció mejorársela todavía más a cambio de un módico precio. Acompañada de una cámara, la mujer de ahora 44 años grabó todo el proceso con la idea de compartirlo en sus redes sociales. Pero el resultado, lejos de ser el esperado, devino en una auténtica pesadilla: en lugar de los dientes impolutos que le habían prometido, la modelo salió de la sala de operaciones con una boca similar a la de un tiburón. Un estropicio que la obligó a retocársela por completo a su vuelta al Reino Unido.
El caso de Price no es aislado. Un hashtag llamado #TurkeyTeeth, que suma millones de reproducciones en TikTok, da cuenta desde hace años situaciones similares: pacientes británicos (muchos de ellos influencers) que acuden a clínicas dentales turcas con el mismo propósito y regresan a casa con la dentadura hecha trizas tras haber sido víctimas de una estafa. Hasta 17 personas, según el Foreign Office, han muerto en los últimos años por esta peligrosa engañifa, y buena parte del resto han presentado serios problemas como infecciones, abscesos o dificultades para masticar que les han obligado a someterse a diferentes tratamientos para solventarlos.
El modus operandi de estas clínicas suele ser el mismo: implantar coronas (piezas apenas trabajadas y apropiadas solamente para dentaduras muy deterioradas) en vez de las carillas que contratan los afectados.
Se está considerando la salud bucodental como un bien de consumo más, haciendo creer a la población que es una cuestión meramente estética. Pero no es asíPresidente del Consejo General de Dentistas de España
«Las carillas son pequeñas láminas de un grosor de entre 0,8 y 1,5 milímetros que se colocan sobre la superficie frontal de los dientes. La ventaja de este tratamiento es que el tallado de los dientes es mínimo o innecesario», explica el doctor Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España. Por el contrario, las coronas dentales requieren «un tallado del diente mucho mayor, de unos dos milímetros (el 60 % del diente), ya que la funda debe cubrir el diente por completo, pues su función es restauradora y no solo estética, como es el caso de las carillas. Este tratamiento siempre requiere anestesia local», añade.
La tendencia ha suscitado inquietud entre los dentistas españoles, quienes recuerdan que ambos tratamientos deben ser realizados por un dentista cualificado y en una clínica que cumpla con todos los requisitos sanitarios y legales. Asimismo, piden a los ciudadanos que sean cautos y no se dejen engañar con mensajes publicitarios que prometen tratamientos dentales a precios irrisorios, ya que pueden derivar en «graves problemas para su salud», como está pasando en el Reino Unido.
«Antes de someterse a cualquier intervención, es muy importante que el dentista realice un diagnóstico y un plan de tratamiento personalizado, nos explique detalladamente en qué consiste y que haga un seguimiento para comprobar que todo evoluciona correctamente. Además, si surge algún contratiempo por la financiación o por una mala praxis, tendrán que iniciar un procedimiento legal en un país extranjero, donde la normativa sanitaria, aseguradora y de responsabilidad civil es diferente a la española», apunta el doctor Castro.
«En los últimos años, se está considerando la salud bucodental como un bien de consumo más, haciendo creer a la población que es una cuestión meramente estética, cuando realmente no es así. Tener una boca sana es básico para disfrutar de una buena salud general y de una calidad de vida óptima», concluye el presidente del Consejo General de Dentistas.