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Un bote de Chemirosa, nombre comercial del cloruro de etilo

En farmacias por 10 euros

Cloretilo, el alucinógeno 'ochentero', barato y legal con el que vuelven a drogarse los adolescentes

Aunque suele emplearse como analgésico para dolores musculares, varios casos de uso recreativo detectados en los últimos meses han puesto en guardia a las autoridades, que alertan sobre sus riesgos

Las actuaciones policiales efectuadas en los últimos meses han generado tal preocupación que incluso el Colegio de Farmacéuticos de Castellón ha pedido al Ministerio de Sanidad que regule su venta y que solo pueda comprarse con receta.

El cloretilo (o cloruro de etilo), un analgésico empleado fundamentalmente para dolores musculares y comercializado en forma de espray bajo el nombre de Chemirosa, ha puesto en guardia a las autoridades valencianas tras detectar desde finales del año pasado varios casos de uso recreativo en menores.

El empleo de este químico con fines estimulantes no es nuevo. Se empezó a utilizar en la década de los 80 y alcanzó su «apogeo» en los 90 como una forma barata de «colocarse». Actualmente, el «clore», como lo llaman sus consumidores, puede adquirirse en farmacias por un precio que ronda los 10 euros. Y, como no está catalogada como droga, se puede adquirir de forma legal.

Es por eso que, conscientes de esta «función alternativa», algunas farmacias ya han vetado su venta a menores por cuestiones éticas. Pero aun así, sigue siendo accesible a los jóvenes, que se hacen con él a través de internet (por importes incluso más económicos) o en establecimientos en los que saben que lo dispensan sin hacer preguntas.

Los entornos donde se ha registrado su consumo son raves o fiestas en las que se toman junto a otras drogas. Consumida sobre todo por adolescentes de entre 13 y 16 años, de nivel socioeconómico bajo y mal rendimiento escolar, el método de empleo consiste en rociar el espray sobre una prenda y aspirar, lo que provoca sensación de euforia y calor, cosquilleos, risa y alucinaciones durante apenas 30 segundos.

En la Comunidad Valenciana, las incidencias detectadas por la Policía se han sucedido desde finales de 2021. En diciembre, el municipio de Canals (provincia de Valencia) organizó una charla en la que intervinieron la alcaldesa y varios expertos para advertir de sus riesgos, entre los que se encuentran secuelas psiquiátricas, el coma o incluso la muerte súbita. También localidades como Almoradí, Alcira o la última, Villareal, han registrado sucesos similares.