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Un niño recibe la vacuna contra el papiloma humano en el centro de Salud de Lalín, Pontevedra

Un niño recibe la vacuna contra el papiloma humano en el centro de Salud de Lalín, PontevedraEFE

Salud

La vacuna del papiloma en niños pone de manifiesto la desconfianza entre Sanidad y las comunidades

Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana ya la ha incorporado a su calendario vacunal y otras tantas ya lo están estudiando. Sanidad, por su parte, lleva tiempo trabajando en una estrategia pero no se pone plazos

Las diferencias entre Ministerio de Sanidad y Comunidades Autónomas son cada vez más evidentes. Después de dos años de tiras y aflojas a la hora de establecer estrategias comunes por la pandemia del coronavirus, varias regiones han decidido ir cada vez más a su aire. El último ejemplo ha sido con la vacuna del virus del papiloma humano (VPH), incluida en el calendario vacunal de niños de varias comunidades aunque no cuenta todavía con una estrategia a nivel nacional.

De momento, Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana han incluido la vacuna contra el VPH en su calendario, aunque solo la comunidad presidida por Alfonso Rueda ha comenzado a inocularla.

Se trata de una antigua demanda de los expertos sanitarios, que pedían ampliar a los varones una vacuna incorporada al calendario vacunal de niñas desde 2008. La Ponencia de Vacunas lleva tiempo trabajando en una estrategia a nivel nacional, pero por el momento no hay ninguna novedad.

¿Por qué no se incluyó a la misma vez que en niñas? Principalmente por el coste. «Vale el doble y no es una vacuna barata», explica Valentín Pineda, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP). «Además, cuando se incluyó en el calendario en 2008, los trabajos publicados solo hablaban prácticamente de cáncer de cérvix en mujeres».

«El gran objetivo era evitar esa enfermedad. Con el tiempo, se ha ido conociendo la epidemiología de la enfermedad ya que al principio tampoco estaba claro que vacunando a todo el mundo se evitara la infección, algo parecido a lo que ha ocurrido ahora con la covid», señala.

Las comunidades tienen potestad para elegir qué dosis incluir en sus calendarios vacunales, pero sorprende que no hayan esperado a Sanidad. Ya durante la pandemia del coronavirus, la Comisión Nacional de Salud, que integra a Ministerio y CC.AA., tuvieron sus más y sus menos por la decisión del Gobierno de retrasar la retirada de las mascarillas en interiores o las cuarentenas en los colegios.

Cada comunidad, a su aire

Además de las anteriormente citadas, Murcia es otra de las regiones que tiene previsto incorporar esta vacuna al calendario, aunque no se ha decidido la fecha exacta. Andalucía, Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha y País Vasco también están estudiándolo. Asturias, Aragón, Cantabria, Navarra y Extremadura, por su parte, esperarán a la decisión de Sanidad en el Interterritorial.

Madrid, que también se plantea que se introduzca en enero de 2023, ha pedido que su inclusión se haga de forma «coordinada» dentro del Sistema Nacional de Salud que sea «de carácter obligatorio». Pero, a este paso, es probable que las todas las comunidades la incorporen a sus respectivos calendarios antes de que Sanidad publique su estrategia.

Para Pineda, esta vacunación «asimétrica» –a falta de una estrategia nacional– no supone ningún riesgo, ya que la protección se desarrollará en las zonas donde se realice, pero revela que llevan pidiendo desde 2019 la inclusión en el calendario. «Estoy seguro que pronto será en toda España, en un par años estará vacunado todo el mundo», concluye.

Riesgo de cáncer

El virus del papiloma humano es la infección de trasmisión sexual más común y afecta a las mucosas del tracto anogenital y oral de hombres y mujeres. Existen más de 150 tipos de VPH y las infecciones no suelen presentar síntomas resolviéndose de forma espontánea. Sin embargo, los virus considerados de «alto riesgo» pueden producir tumores malignos en el cuello del útero, vagina y vulva en la mujer; de pene en hombres; y de ano en ambos sexos.
El VPH de las verrugas comunes se trasmite por contacto directo, mientras que el de las verrugas genitales aparece por contacto sexual, principalmente vaginal o anal. Según explica el Ministerio, una embarazada puede ocasionalmente trasmitir la infección a su hijo durante el partido, siendo posible la aparición de infección respiratoria persistente.
De momento, la vacunación es la única medida de prevención de la enfermedad. «Si vacunamos a hombres y mujeres, de alguna manera paramos la trasmisión de la enfermedad», comenta Pineda. «Incluso se puede soñar con la erradicación por VPH, que es la infección por trasmisión sexual más frecuente del mundo».
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