La despenalización de las drogas duras en Oregón dispara las sobredosis

Dos años después de aprobar la despenalización de drogas en Oregón, el estado está experimentado un fuerte aumento de sobredosis y fallecimientos consecuencia del consumo de estas sustancias. Un fracaso en toda regla que no ha frustrado las esperanzas de los responsables políticos de la región, que siguen adelante con su plan.

La Medida 110, conocida como Ley de Tratamiento y Recuperación de la Adicción a las Drogas, reducía las penas por posesión de cualquier droga a una simple citación civil y una multa simbólica que sería desestimada si el consumidor aceptaba someterse a un tratamiento por adicción a las drogas.

Los defensores de esta medida esperaban que, tratando la drogadicción como una enfermedad en lugar de un delito, más adictos obtendrían la ayuda que necesitan, especialmente en comunidades minoritarias.

Dos años después, sin embargo, el resultado es desolador. En un año, más de 1.100 personas habían muerto por sobredosis, un aumento de casi el 20 % respecto al periodo anterior. Además, de las 3.100 que habían recibido la citación, menos de 200 aceptaron el tratamiento, y el 70 % no pagó la multa ni se presentó al tribunal.

«Por un lado, tenemos medicamentos altamente gratificantes que están disponibles y, por el otro, poca o ninguna presión para dejar de usarlos», comenta Keith Humphreys, investigador de la Universidad de Stanford. «Bajo estas condiciones, deberíamos esperar a ver exactamente lo que está experimentando Oregón: uso intensivo de drogas, adición extensiva y poca búsqueda de tratamiento».

Pero los responsables políticos no se dan por aludidos y esta semana anunciaron un gasto de 300 millones de dólares para ampliar los servicios destinados a personas drogodependientes. «Se trata de un programa completamente nuevo», comentó el senador demócrata Floyd Prozanski. «Tenemos que asegurarnos de que seguimos un enfoque holístico, que responsabilice a las personas».

Este asunto se ha trasladado al ruedo político, con elecciones estatales a la vuelta de la esquina. Las encuestas ofrecen ahora una ajustada ventaja a los demócratas, pero la legalización de las drogas podría cambiar el equilibrio.

La candidata republicana, Christine Drazan, ya ha advertido que revocará la ley si llega al poder. Prefiere mantener los fondos para los programas de prevención y volver a enfoques más tradicionales, como los programas de tratamiento obligatorios.

«Las personas necesitan consecuencias para poder entrar en tratamiento y lograr una recuperación a largo plazo. La posesión y uso de drogas duras en espacios públicos se ha normalizado y nuestras comunidades no son seguras», añadió.