Eutanasian a una joven de 23 años en Bélgica, superviviente del atentado de Bruselas y con problemas psiquiátricos
La joven sufría graves problemas mentales a raíz del atentado yihadista de 2016 y tras sufrir una violación en 2018 durante su internamiento en un psiquiátrico
La familia de Shanti De Corte confirmaba este jueves que la joven de 23 años recibió la eutanasia, es decir había muerto a manos de los médicos que habían aprobado su solicitud y con la aprobación de sus familiares, el pasado mes de mayo. De Corte sufría graves problemas mentales después de que, en 2016, presenciara el atentado yihadista en el aeropuerto de Bruselas. Que se agravaron al ser víctima de una violación en 2018. Preguntados por el medio belga RTBF, la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia del país justifica su decisión de aceptar la solicitud de la joven mentalmente inestable: «Ella era incurable», declaró un médico del órgano regulador tras afirmar que «los psiquiatras se decían a sí mismos que estaban al final de las posibilidades».
El calvario de Shanti De Corte comenzó en 2016. Tenía 17 años y se disponía a viajar con sus compañeros de clase a Roma por su graduación. El 22 de marzo estaban en el aeropuerto Zaventem, en Bruselas, junto con 90 alumnos del colegio Sint-Rita de Kontich, en la provincia de Amberes, dispuestos a viajar a Italia. Durante su espera, fueron testigos del ataque de dos terroristas yihadistas que detonaron sus bombas a escasos metros de donde estaban. En el atentado murieron 16 personas.
A pesar de no sufrir heridas físicas, la mente de la joven quedó dañada totalmente. Una mente que la psicóloga del centro escolar que la atendió tras el atentado describió como «frágil» y con antecedentes psiquiátricos. Para tratar de curarla, fue ingresada en un centro psiquiátrico donde, en 2018, la violó otro paciente. Tras el macabro episodio, la joven se recuperó y, en una de sus salidas del centro, llegó a conceder entrevistas a medios locales como ejemplo de superación.
Su psiquiatra rechazó ayuda externa
Durante su tratamiento recibió fuertes antidepresivos e intentó suicidarse, no era la primera vez, en 2020. Su entorno, preocupado por ella, se vuelca en ayudarla a mejorar. Sus cinco mejores amigas, también supervivientes del atentado de 2016, acuden a una semana de terapia en la localidad de Ostende, en un programa liderado por Myriam Vermandel, también víctima del mismo atentado y que, gracias a una subvención pública de 800.000 euros, ofrece atención médica y terapéutica a las víctimas.
Vermandel declara que «fueron sus amigas» quienes les trasladaron la situación de Shanti. A Vermandel y su equipo les sorprendió la «cantidad de medicamentos que tomaba todos los días». También estaban al tanto, por las amigas de la joven, de los intentos de suicidio y de que había realizado varias peticiones de eutanasia que habían sido denegadas hasta el momento.
Una de las terapeutas del encuentro organizado por Vermandel, sensibilizada con el caso particular de De Corte, se dirige al psiquiatra de la joven con la oferta de tratarla. La carta, según publica el medio belga RTBF, dice así: «Me informaron que Shanti sufrió un trauma complejo y que la única solución que se le ha ofrecido hasta la fecha es la aceptación de su solicitud de eutanasia. Sin cuestionar obviamente esta solución a priori, mi experiencia en victimología me genera algunas preguntas. Es por eso que me gustaría conocer a Shanti, si está de acuerdo, cuando venga a Ostende, la semana del próximo 25 de abril».
El psiquiatra de Shanti rechazó la oferta: «Estimada señora Neyrolles, he trasladado su propuesta a la paciente y al equipo médico que la atiende. Mademoiselle De Corte me pide que le diga que no está interesada en su propuesta». La joven nunca llegó a hablar con la terapeuta que ofrecía su ayuda y, tras visitar a la asociación pro eutanasia Leif y lograr la aprobación del caso por parte de dos psiquiatras, su solicitud es aceptada y fue sacrificada el 7 de mayo de 2022.
Desahuciada: «Era incurable»
La propia De Corte publicó en su página de Facebook, en un mensaje que fue eliminado este jueves, su despedida: «Reí y lloré hasta el último día. Amé y me permitió sentir lo que era el verdadero amor. Ahora me iré en paz, sepan que ya los extraño», dejó escrito antes de morir.
Cuestionada por el medio belga RTBF, la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia justificó su decisión de acceder a la solicitud de la joven mentalmente enferma.
«Estaba en tal sufrimiento psíquico que su petición fue lógicamente aceptada. Estuvo hospitalizada varias veces, tomó decenas de medicamentos. Pasan los meses, los años, no notamos ninguna mejoría y hablaba, si no me equivoco, de suicidarse. No aguantó más, su vida se convirtió en un infierno para ella. Los psiquiatras, después de múltiples consultas, se decían a sí mismos que estaban al final de sus posibilidades y que ella era incurable», expone Yves de Locht, médico de cabecera belga, a un medio local.
Pero otras voces implicadas en el caso, como el neurólogo Paul Deltenre, del hospital CHU Brugman, aseguraron al medio belga RTBF que «no había nada que perder aceptando la oferta de atención propuesta por el equipo terapéutico de Ostende».
Según varias fuentes, en la fiscalía de Amberes se ha abierto una investigación judicial sobre la eutanasia de Shanti De Corte. Contactado, este último no confirmó la información.
20 años de eutanasia legal
La práctica de la eutanasia es legal en Bélgica desde el 28 de mayo de 2002. Las condiciones legales del suicidio asistido por los servicios sanitarios se permite si la petición es «voluntaria, considerada, repetida» y «sin presión externa». Según la legislación, durante este procedimiento, que puede realizarse en un entorno hospitalario o en el domicilio, es un médico quien administra una dosis letal al paciente.
El pasado año, en 2021, Bélgica registró 2.700 eutanasias que se corresponde con el 2,4 % de las muertes totales en los 12 meses. La mayoría de personas que solicitan la eutanasia y se les acepta son personas de entre los 60 y 89 años. En el 84 % de los pacientes eutanasiados, la muerte del paciente es algo que se contempla como inminente o irrevocable. Pero también hay casos como el de Shanti De Corte que, mentalmente inestable y con un inmenso y doloroso sufrimiento psicológico, recibe la aprobación de su petición de eutanasia.