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Los ancianos están más presentes que los menores de 18 años en 37 de las 50 provinciasJosé Ramón Pérez

Demografía

El mapa del envejecimiento en España: descubre si tu municipio tiene más niños o ancianos

El 85 % de las localidades en España tiene más residentes de 65 o más años que menores de edad

Alique (Guadalajara) y Villarroya (La Rioja) son los municipios más envejecidos de España, con ocho de cada diez habitantes superando la edad de jubilación. Estas localidades son un ejemplo claro de la magnitud del reto demográfico en España: los mayores de 65 años ya representan el 21 % de su población, un porcentaje que el INE prevé que ascienda al 31 % a mediados de siglo.

En el extremo opuesto, Hornillos de Cameros (La Rioja), Barrio de Muñó (Burgos) y Baliarrain (Navarra) se sitúan como las localidades más jóvenes del país, ya que los menores de edad representan más del 30 % de sus residentes. Egüés y Arroyomolinos, las dos ciudades que más han crecido en los pasados 20 años, rozan también esta cifra. De hecho, el número de niños quintuplica al de ancianos.

No obstante, estos casos son una rara avis en España. Las personas de 65 o más años son más numerosas que los jóvenes en el 84,6 % de los municipios del país (6.878), mientras que los menores de 18 años solo están más presentes en 1.212 localidades (14,9 %).

En 41 poblaciones se produce un empate técnico. Este equilibrio se da en ciudades como Cáceres, Loja (Granada), Tías (Lanzarote) o Benicarló, en Castellón.

La estadística del INE también refleja que los más mayores ganan en número en 37 provincias, incluidas algunas de las más pobladas como Barcelona, Valencia, Alicante o Zaragoza. Solo en diez provincias –la mayoría situadas en el sur, el entorno de Madrid y las islas– y en las dos ciudades autónomas, los jóvenes todavía son más que los ancianos.

La edad media de los españoles ha subido más de cuatro años en la última década –llegando a los 44,7 años en 2021, según Eurostat–, lo que ha convertido a España en el sexto país más envejecido de Europa. El aumento en la esperanza de vida y el descenso de la tasa de fecundidad –que ya se sitúa en los 1,19 hijos por mujer, la segunda más baja de la UE– explican esta situación.