Cataluña se cuela de improviso en la carrera por albergar la sede de la AESAP (que tampoco estará en Madrid)

Cuando el Gobierno decidió crear un centro para vigilar el Sistema Nacional de Salud y prepararse ante nuevas pandemias, dejó abierta la elección de la sede, solo descartando a Madrid en su objetivo de «cohesionar el país». Varias comunidades han mostrado interés, pero un giro de última hora ha colado a Cataluña directamente entre los favoritos.

El pasado mes de agosto, el Consejo de Ministros aprobó la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP) con el objetivo de dar una respuesta «coordinada» a los próximos retos a los que se enfrentará el Sistema Nacional de Salud. Isabel Rodríguez anunció que la sede sería elegida según criterios de «concurrencia competitiva» entre los que no se encontraría Madrid, por esa suerte de descentralización con la que el Gobierno están castigando a la Comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso.

Esta misma situación se dio con la creación de la Agencia Espacial Española. Paradójicamente, la única candidatura que reunía los requisitos establecidos por el propio Ejecutivo era Madrid, aunque hay sospechas que hace tiempo que se decidió por Sevilla. En el caso de la AESAP, el Gobierno todavía no ha hecho públicas las condiciones que se tendrán en cuenta para la sede, pero la idea es que ya esté decidido antes de final de año.

Esta cuestión volvió a ponerse sobre la mesa en el último Interterritorial celebrado en Santiago, ya que son cada vez más las comunidades en albergar su sede. Aragón y la Comunidad Valenciana fueron las primeras en postularse para el proyecto, pero Andalucía, Asturias, Castilla y León, Extremadura y Galicia también han mostrado interés.

Giro en Cataluña

La sorpresa ha venido este lunes desde Cataluña, donde treinta destacados profesionales sanitarios de la región han enviado una carta al Ministerio de Sanidad y al Departament de Salut en la que afirman que esta comunidad sería «una excelente ubicación».

«Consideramos que Cataluña reúne condiciones privilegiadas para la ubicación, desarrollo y consolidación de la nueva AESAP, contribuyendo desde una visión amplia e innovadora a agregar capacidades y actores del conjunto del país, cuya fragmentación y escasez de recursos han impedido hasta hoy afrontar el futuro con las garantías y los medios que los retos, tanto globales como regionales y locales, de la salud pública exigen», señalan.

Entre los firmantes se encuentran Guillem López Casasnovas, director del Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universitad Pompeu Fabra; Carme Borrell, gerente de la Agencia de Salud Pública de Barcelona; Antonio Plasència, director general de ISGlobal; o Magda Campins, epidemióloga del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Candidatura de facto

Cuesta creer que la Consejería de Salud catalana no tuviera conocimiento de las intenciones de estos investigadores, pero su misiva se ha convertido en una candidatura de facto. Sus autores son muy claros a la hora de destacar el papel de Cataluña en «la configuración de la organización sanitaria en España» y las «instituciones centenarias» que han desarrollado su trabajo en la región.

«En las últimas décadas, España y sus comunidades autónomas han ido desarrollando capacidades en salud pública de manera heterogénea y no siempre de manera coordinada y eficiente», continúan. Este asunto, el de la gestión autonómica, es de máxima importancia ya que, aunque las competencias sanitarias están trasferidas, la AESAP se adscribe orgánicamente al Ministerio de Sanidad, a través de la Secretaría de Estado de Sanidad. Una sede en Cataluña, desde luego, ayudaría a amansar a los socios separatistas por un organismo que, aparentemente, centraliza competencias se suponía descentralizadas.