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La ministra de Igualdad, Irene Montero, en el CongresoEFE

Sociedad

Montero y su doble rasero: condena un asesinato machista, pero no el de una madre a su hija tras perder la custodia

La ministra de Igualdad, muy combativa con los hombres que agreden a sus parejas, tampoco se ha pronunciado sobre un compañero de partido acusado de malos tratos

«El asesinato de una mujer de 30 años en Cáceres se investiga como violencia de género. Rabia y dolor ante lo que podría confirmarse como asesinato machista. Debemos redoblar todos los esfuerzos y recursos para llegar siempre a tiempo».

Con estas sentidas palabras, Irene Montero condenó este martes el 36º homicidio de una mujer a manos de su pareja en lo que va de año, ocurrido en la localidad cacereña de Valencia de Alcántara. Un mensaje de consternación y repulsa que, paradójicamente, brilla por su ausencia en relación al de Olivia, una niña de seis años presuntamente asesinada por su madre tras perder la custodia de la pequeña.

La menor fue encontrada sin vida por las autoridades en la madrugada del domingo tras una aparente ingesta de barbitúricos, pero mientras que la ministra de Igualdad apenas tardó tres cuartos de hora en condenar el asesinato de Extremadura desde que fue conocido, al cierre de esta edición seguía sin haber hecho ni la más mínima referencia al de la pequeña.

La omisión es llamativa en una política que suele recurrir a sus redes para expresar su más enérgica reprobación cuando se trata de mujeres asesinadas por sus parejas. Una contundencia que Montero ha rehusado aplicar en el caso de Olivia, cuyo padre se disponía el lunes a llevársela de Gijón, donde residía con su madre, a Torrecaballeros (Segovia) tras ganar la custodia después de una larga batalla judicial de cinco años en la que llegó a pasar noches en el calabozo por denuncias falsas de su exmujer.

Cuando el acusado es compañero de filas

No es el único 'descuido' que ha tenido Montero en los últimos días. La titular de Igualdad, abanderada de la lucha contra la violencia de género, ha evitado casualmente pronunciarse sobre el diputado de Unidas Podemos Miguel Ángel Bustamante, compañero suyo de partido y acusado por su expareja de malos tratos, lesiones y coacciones.

Aunque Bustamante niega los hechos, su partido, Izquierda Unida, ha decidido suspenderle cautelarmente la militancia en virtud de sus estatutos internos, y él mismo ha optado por renunciar motu proprio a su escaño en el Congreso. Por el momento, un tribunal de Sevilla, lugar de residencia del político, ha remitido la denuncia interpuesta contra él al Tribunal Supremo, que estudiará el caso y emitirá un veredicto en próximas fechas.