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Ciudad de Sharm el-Sheij, EgiptoСашка Денисов

COP27

Críticas a la cumbre del clima en Egipto por celebrarse en una ciudad balneario de lujo

Sharm el-Sheij acoge desde ayer y hasta el 18 de noviembre la COP27, ubicada entre el desierto y el mar Rojo, se caracteriza por sus hoteles, campos de golf y piscinas artificiales, en un país donde el agua es un recurso escaso

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27) vuelve a reunir, un año más, a los líderes mundiales que debatirán sobre el cambio climático, ofrecerán charlas y plantearán medidas para combatir este fenómeno. Egipto y más concretamente la ciudad de Sharm el-Sheij se han vestido de gala para acoger una de las cumbres más importantes del año.

Pero el lugar escogido para celebrar la COP27 ha generado una gran polémica, ya que se trata de una ciudad balneario ubicada entre el desierto de la península del Sinaí y el mar Rojo, destinada principalmente al turismo. Repleta de hoteles, piscinas artificiales y campos de golf, en un país donde el agua es un recurso escaso y el propio presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi reconoció, meses atrás, que su país había entrado en una «etapa de pobreza hídrica».

Miles de activistas climáticos se han lanzado a las redes sociales para denunciar esta paradoja. Mientras en la cumbre uno de los principales temas a tratar es la importancia del agua y el papel que juega en la seguridad mundial, la ciudad que acoge la conferencia personifica mucho de esos problemas que se denuncian. Según publica el Middle East Monitor, el país africano ha arrasado grandes campos de cultivos para, en su lugar, construir espacios hoteleros.

De hecho, el Gobierno egipcio plantea construir un gran centro turístico con hoteles, teatros, centros de convenciones, entre otras instalaciones, en el Protectorado de Santa Catalina, un parque nacional situado en el sur del Sinaí, a semejanza de lo que ya se ha construido en la ciudad de Sharm el-Sheij. Asimismo, para mantener todos estos espacios de lujo en medio del desierto es necesario el uso de desalinizadoras, con todo el impacto medioambiental que ello conlleva.

Pero, la paradoja no solo se limita al escenario donde se está llevando a cabo la cumbre, las imágenes de los líderes llegando en jet privado, como ocurrió el año pasado durante la COP26 en Glasgow, lastra la credibilidad de los políticos que piden que se tomen medidas contra el cambio climático mientras ellos mismos se desplazan en aviones particulares.

La falta de libertad en Egipto

Las violaciones de los derechos humanos y la falta de libertad en Egipto también han provocado un gran malestar. Defensores de los derechos humanos, como el periodista Hosam Bahgat, han denunciado en redes sociales que se trata de un «lavado verde» para el Gobierno egipcio, mientras se ignora la realidad de un país que continúa encarcelando a opositores o incluso activistas.

La conocida activista climática Greta Thunberg se negó a asistir a este encuentro por considerarlo un «lavado de cara» del régimen egipcio y criticó duramente a la ONU por celebrar la conferencia en un país que «viola muchos derechos humanos básicos».