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Científicos españoles descubren las células malignas responsables de las metástasis del cáncer de colon

Han desarrollado una metodología que permite aislar una fracción minúscula de células tumorales diseminadas ocultas en el organismo

La investigación contra el cáncer cada vez está más avanzada. En los últimos años, se han publicado varias terapias capaces de reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad. El último lo han presentado los científicos del IRB de Barcelona, que por primera vez han sido capaces de identificar las células que producen la metástasis en el cáncer de colon.

Las cifras del cáncer de colon en España superan los 43.000 afectados al año. El cáncer colorrectal es uno de los cánceres más importantes en el mundo de la oncología. La edad media de presentación es 70-71 años y la mayoría de los pacientes tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico. A pesar de esto, también puede aparecer en las personas jóvenes. Se trata del tumor más frecuente, por delante del de mama y pulmón.

La supervivencia a los cinco años de los pacientes con cáncer de colon en estadios precoces supera el 90 %. Es preciso tener en cuenta que un porcentaje de pacientes no despreciable con metástasis puede curarse, ya que un 20 % de los pacientes a los que se les somete a cirugía de metástasis no muestran signos de enfermedad a los cinco años. Además, análisis retrospectivos han mostrado tasas de supervivencia a los cinco años tras la cirugía de las metástasis de hasta un 70 %, lo cual constituye un hito y un gran avance en nuestros días.

En los últimos años, también ha habido avances importantes en la caracterización de la enfermedad metastásica una vez se manifiesta, pero hasta el momento no se había podido abordar la investigación de esta pequeña población de células tumorales que se encuentra diseminada y que es invisible a las técnicas diagnósticas utilizadas en la clínica.

Tal y como publica el IRB Barcelona, este desconocimiento se ha traducido en una falta de terapias efectivas para eliminar la enfermedad residual y evitar la recurrencia metastásica que tienen un mal pronóstico. Por ello, los científicos del IRB Barcelona, liderados por el doctor Eduard Batlle, investigador ICREA y jefe de grupo en el CIBER de Cáncer (CIBERONC), han estudiado e identificado por primera vez células tumorales residuales ocultas en el hígado y pulmón, y han caracterizado cómo evolucionan hasta dar lugar a la aparición de metástasis en estos órganos.

«Entender y evitar el fenómeno de las recaídas después de la cirugía es una necesidad médica no resuelta. Después de muchos años investigando el cáncer de colon, hemos dado un primer paso para prevenir las metástasis en pacientes que debutan con una enfermedad localizada», explica el doctor Eduard Batlle, jefe del laboratorio de Cáncer Colorrectal en el IRB Barcelona.

Los científicos han generado un nuevo modelo experimental en ratón que recrea el proceso que siguen los pacientes que sufren recaídas, y que típicamente pasa por las etapas de diagnóstico, cirugía curativa, y posterior recaída. En paralelo, han desarrollado una metodología que permite aislar una fracción minúscula de células tumorales diseminadas ocultas en el organismo.

«Nuestro modelo, muy similar al progreso de la enfermedad en pacientes, nos ha permitido caracterizar el tumor primario y la dinámica de la enfermedad residual. Hemos estudiado desde micro-metástasis de tres o cuatro células, a metástasis de tamaño medio, o incluso más grandes, caracterizando cómo evoluciona cada una de ellas durante la progresión de la enfermedad», comenta el doctor Adrià Cañellas-Socias, investigador del mismo laboratorio y primer autor del estudio.

Dentro de la amalgama de tipos celulares que forma los cánceres de colon, los investigadores han identificado una población, a la que han llamado HRCs (High Relapse Cells). Estas células presentan poca actividad proliferativa y no contribuyen al crecimiento del tumor primario.

Sin embargo, grupos de HRCs son capaces de desprenderse del cáncer en el colon, migrar hasta alcanzar el torrente sanguíneo, llegar al hígado y permanecer ocultas durante un tiempo tras la cirugía. En muestras procedentes de pacientes con cáncer de colon los investigadores han podido constatar la presencia de estas mismas células en los pacientes que tienen un mayor riesgo de recurrencia de la enfermedad después del tratamiento.

Los investigadores además han confirmado que, eliminar estas células mediante técnicas genéticas es suficiente para prevenir la formación de metástasis; es decir, los ratones que desarrollan cáncer de colon se mantienen libres de enfermedad tras la cirugía del tumor primario, sin sufrir posteriores recaídas. También han desarrollado una estrategia terapéutica para erradicar específicamente la enfermedad residual y prevenir la recurrencia; demuestran que las metástasis incipientes, cuando todavía no son visibles, pueden eliminarse mediante un tratamiento con inmunoterapia, previo a la cirugía.

«Nuestro descubrimiento revela por primera vez cómo se comporta el grupo de células tumorales responsable de las recaídas, y también los genes que las definen. Además, representa una prueba de concepto que abre vías de desarrollo de nuevas terapias, dirigidas específicamente a eliminar la enfermedad residual, así como de nuevas herramientas diagnósticas para identificar aquellos pacientes con mayor riesgo de recaída. Por último, nuestro estudio sugiere una revisión de las pautas clínicas en el tratamiento de este tipo de cáncer porque, en muchos casos, sería recomendable aplicar la inmunoterapia antes de la cirugía», concluye el doctor Batlle.

Estos descubrimientos abren la posibilidad de desarrollar nuevas líneas de investigación. El laboratorio del doctor Batlle se centra ahora en estudiar en qué momento las HRCs que han alcanzado el hígado se «activan» para volver a generar un tumor, con la intención de interferir en este proceso y evitar la formación de metástasis. También investigan para entender qué factores influyen en la aparición de estas células y por qué el número de estas células varía entre un paciente y otro.