Tribunales
El líder del movimiento antivacunas en Países Bajos, a juicio por sedición
Willem Engel, de 45 años, está acusado de incitar a cometer delitos durante la época más aguda de la pandemia
Se llama Willem Engel, tiene 45 años y entre julio de 2020 y noviembre de 2021, según consta en la demanda que 22.000 ciudadanos neerlandeses han interpuesto contra él, se dedicó a «incitar a cometer delitos» durante los periodos más agudos de la pandemia, cuando se aplicaban restricciones y cierres que fueron acompañados de protestas y, en algunas ocasiones, disturbios.
Acompañado de su novia y un hombre con una camiseta que reclamaba su liberación, Engel acudió a un tribunal de Róterdam para comenzar el juicio en el que se le acusa de sedición e incitación a la comisión de delitos por internet, cargos por los que la Fiscalía pide una pena de 180 horas de servicio comunitario y tres meses de prisión.
Demostrarlo, sin embargo, no será tarea fácil, tal y como ha reconocido el propio Fiscal General, Gerrit van der Burg: «se debe demostrar que ha habido una instigación pública y deliberada a cometer cualquier delito o actuar con violencia contra las autoridades».
Engel, que lidera la fundación Viruuswaarheid (‘La Verdad sobre el Virus’, en neerlandés), no ha llamado nunca directamente a la violencia y «lo escribió todo con tantos matices» y de una forma bien pensada, según subrayó el juez, en referencia los tuits del acusado que se investigan. «Destaco en eso» y «tuve ayuda legal con ello», contestó el acusado durante la vista.
Mensajes provocadores
El juez analizará el comportamiento en las redes sociales de Engel entre junio de 2020 y noviembre de 2021, un periodo en el que, según la Fiscalía neerlandesa, el acusado publicó varios mensajes provocadores en Twitter y Facebook en línea con «teorías de la conspiración sobre el coronavirus».
En uno de los tuits, Engel instó a la gente a fotografiar a los empleados de los autobuses que ofrecían vacunas contra la COVID-19 por las ciudades; mientras que en otro mensaje pidió a los simpatizantes que acudieran a «título personal» y «en espíritu de amor» a una manifestación en La Haya contra las restricciones, después de que el municipio la hubiera prohibido. «Gracias a nosotros ha habido menos disturbios», aseveró.
Durante ese tiempo, y entre otros de los ejemplos expuestos durante la vista, Engel también compartió el número de teléfono de una residencia de ancianos que había cerrado sus puertas a los visitantes por un brote de coronavirus, lo que derivó en los días posteriores en casos de abuso verbal y amenazas de muerte contra los operadores.
Libertad de expresión
Mientras la Fiscalía asegura que «estos mensajes han llevado a que otras personas comentan delitos o sean incitados a hacerlo», Engel (quien ha sido acusado por los 22.000 demandantes de incitación, fraude, difusión de información médica incorrecta y declaraciones con un objetivo terrorista desde el comienzo de la pandemia), defiende que se ha mantenido dentro de los límites que marca la ley e invoca la libertad de expresión.
«No hay pandemia. Es una tormenta en un vaso de agua. Claro que la gente enferma, pero ¿qué puedes hacer más allá de hurgarles en la nariz y decirles: 'vale, has dado positivo, pero no hay tratamiento'? Eso no ayuda, da más miedo e inseguridad», aseguró Engel, en una entrevista con Efe el año pasado.
Aún no hay fecha para el veredicto, pero el tribunal quiere pronunciarse sobre el caso antes de Navidad. Además de la gravedad de los delitos, la justicia tendrá que evaluar también el contexto social y de libertad de expresión en el que se han producido.