Las personas con discapacidad sufrieron un «deterioro físico y psicológico» a raíz de la pandemia
La situación provocada por la covid-19 provocó un aumento de problemas mentales en muchas personas
Las personas con discapacidad sufrieron un deterioro físico y psicológico a raíz de la pandemia de la covid-19, según el estudio elaborado por CERMIN y la UPNA. La investigación aborda «los principales problemas a los que las personas con discapacidad y sus familias se han enfrentado» como resultado de la gestión de la pandemia de covid-19, «desde una óptica de los derechos humanos y los derechos recogidos en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad».
Más concretamente, el informe se centra en cuatro ámbitos donde el impacto de la covid-19 ha sido «mayor»: salud, empleo, educación y servicios residenciales.
Según han informado en nota de prensa, durante la presentación del estudio, la presidenta de CERMIN, Mariluz Sanz, expresó «la necesidad de poner en evidencia la vulneración de derechos y proponer recomendaciones en caso de volver a vivir una situación parecida». «Las conclusiones del estudio plantean la necesidad de mejorar en los diferentes ámbitos analizados, con el fin de garantizar el bienestar de las personas con discapacidad», manifestó Sanz.
Mikel Lizarraga Rada, profesor e investigador de la UPNA, explicó «cómo la pandemia de la covid-19 provocó un aumento de problemas psicológicos en muchas personas con discapacidad y sus familias, fruto de la soledad y el confinamiento, unido a la incomprensión y el miedo». La suspensión de tratamientos, de servicios de rehabilitación, y el cierre de los centros de atención diurna «también contribuyeron al deterioro de la salud física y psicológica de estas personas».
En el ámbito de empleo, el principal problema identificado es la «suspensión de las incapacidades temporales nada más finalizar el estado de alarma», por lo que las personas con discapacidad «tuvieron que volver a sus centros de trabajo sin haberse extinguido el virus».
Del mismo modo, las principales problemáticas que afectan al colectivo de personas con discapacidad en cuestión de empleo «empeoraron» con la pandemia: «salarios insuficientes, dificultad para acceder al empleo ordinario y aislamiento de los procesos de inserción en el mercado laboral».
Respecto a la educación, se observa un «descuido» de los procesos de atención individualizada y especializada para el alumnado con discapacidad, situación «que se repitió con la vuelta a la educación presencial y los grupos burbuja».
Tanto en los centros de educación especial como en los ordinarios, el principal problema identificado fue que, «pese a la implicación de los profesionales, las familias no tenían el tiempo ni la formación necesaria para seguir todas las indicaciones».
A la luz de estas conclusiones, el estudio determina una serie de recomendaciones para que, en caso de una situación similar en el futuro, «las respuestas sean inclusivas y atiendan a las características propias de las personas con discapacidad».
Algunas de ellas son «garantizar los servicios presenciales a las personas con discapacidad, no suspender los diagnósticos y tratamientos, articular medidas de especial protección para las personas con discapacidad que viven solas, implementar políticas activas de empleo para frenar la desigualdad, elaborar protocolos concretos que atiendan al alumnado con discapacidad en situaciones de excepcionalidad, garantizar que la comunicación sea accesible y comprensible para todas las personas y prestar una atención de urgencia y especializada hacia las personas con discapacidad en residencias y centros, como uno de los grupos sociales más vulnerables de esta pandemia».
Desarrollo del acto
Inés Francés, directora gerente de la Agencia Navarra para la Autonomía y Desarrollo de las Personas, Carlos Alonso, representante de la Asociación Universidad y Discapacidad, y Mariluz Sanz, presidenta de CERMIN, inauguraron el acto de presentación del estudio, que expuso el profesor e investigador del Departamento de Derecho de la UPNA Mikel Lizarraga Rada.
Posteriormente tuvo lugar una mesa de experiencias en la que participaron Marta Sanz, de ADACEN, Pilar Armendariz, de ASPACE, y Rebeca Ballesta, de Asociación EUNATE, donde expusieron «cómo vivieron los primeros momentos de la pandemia» y plantearon «claves a tener en cuenta en el futuro». El acto concluyó con la intervención de la consejera de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Navarra, Ana Ollo.