El Gobierno balear investigará el conflicto creado por la presencia de una bandera de España en un centro de Palma
La profesora de Lengua Catalana que se negó a dar clase con la enseña nacional en una aula, hecho que derivó en la expulsión de los alumnos, recibe insultos y amenazas en las redes
La Consejería de Educación del Gobierno balear enviará mañana lunes un inspector al Colegio La Salle de Palma, para recabar información sobre el incidente acaecido el pasado viernes en el centro, en el que la negativa de la profesora de Lengua Catalana a dar clase con la bandera de España en el aula de 1º B de Bachillerato acabó con la expulsión de todos los alumnos de dicho grupo por no retirar la enseña nacional y por un supuesto mal comportamiento de algunos estudiantes, que estos niegan. Por su parte, La Salle emitió ayer un comunicado en el que anunció que abrirá una investigación interna para intentar esclarecer con exactitud todo lo ocurrido.
Según han explicado este domingo a El Debate fuentes oficiales del citado departamento autonómico, «la Consejería de Educación actúa siempre que se produce una denuncia», tanto si ésta proviene de padres de alumnos como de profesores, estudiantes o medios de comunicación. El siguiente paso es recabar el máximo de información sobre lo que haya podido suceder. A partir de ahí, cualquier posible investigación puede concluir de dos formas, bien sin que finalmente se adopte ninguna medida, o bien con la apertura de un expediente, que puede ser administrativo o sancionador.
Por su parte, los padres de los alumnos afectados por la expulsión enviaron el pasado viernes un escrito de denuncia a la Consejería de Educación, explicando todo lo que habría pasado a lo largo de esta semana, desde el momento en que los estudiantes de 1º B de Bachillerato pidieron permiso para colgar la bandera —permiso que les fue concedido— hasta el instante en que fueron expulsados. Los padres señalaban en dicho escrito que estaban «sorprendidos e indignados» por todo lo ocurrido, así como también por el hecho de que los menores hubieran sido enviados a sus casas sin que el centro hubiera avisado previamente de esa circunstancia a los progenitores.
Valoraciones contrapuestas
Una vez que este caso trascendió a la opinión pública, se sucedieron las reacciones por parte de diversos partidos políticos. El primero en pronunciarse fue el portavoz de Vox en el Parlamento balear, Jorge Campos, quien tras criticar la expulsión de los alumnos, anunció que ha pedido la comparecencia urgente en la Cámara autonómica del consejero de Educación, el socialista Martí March. Cabe recordar que en la presente legislatura gobierna en Baleares un tripartito conformado por el PSOE, la formación ecosoberanista Més per Mallorca y Unidas Podemos, bajo la presidencia de la socialista Francina Armengol.
Precisamente, tanto el coordinador de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, como el portavoz de Unidas Podemos en Palma, Jesús Jurado, expresaron ayer su solidaridad con la mencionada profesora de Lengua Catalana, quien en las últimas horas ha sido criticada con dureza en las redes sociales, con mensajes que en algunos casos han incluido insultos y también alguna amenaza de muerte. Además, en varios mensajes se han facilitado asimismo datos personales de la docente y de su familia.
Tras las amenazas a esta maestra, Armengol ha publicado en su cuenta oficial de Twitter un mensaje en el que señala que «los centros son los que marcan las reglas de convivencia en las aulas y nuestros docentes han de ser respetados, y su labor, protegida». En ese sentido, la presidenta isleña añade que «es intolerable» que se «ataque y amenace» a los profesores. «Todo nuestro apoyo a la profesora de La Salle acosada por la ultraderecha», concluye. En esa misma línea de apoyo a la docente se han expresado entidades como el Movimiento Feminista de Mallorca o el sindicato STEI, así como antiguos alumnos de dicha profesora y enseñantes de otros centros educativos.
Desde la oposición, la portavoz popular en la Comisión de Educación del Parlamento regional, Marga Durán, ha anunciado este domingo que presentará una batería de preguntas por escrito en relación al conflicto derivado de la presencia de la bandera de España en la mencionada aula. El PP aboga por aclarar el incidente, con el objetivo de garantizar la «convivencia». Por su parte, la portavoz de Cs en la Cámara balear, Patricia Guasp, ha pedido «prudencia», a la espera de conocer los resultados de las investigaciones que se pondrán en marcha.
Las reacciones a lo largo de este fin de semana se han producido también por parte de diversas entidades, entre ellas 'PLIS Educación, por favor'. Dicha asociación considera que «la dirección de La Salle propició un conflicto de autoridad que debió haberse evitado». En cualquier caso, tras conocerse las amenazas que ha recibido la docente de Lengua Catalana, 'PLIS' ha señalado este domingo en su cuenta oficial de Twitter que «sea cual sea la opinión sobre el asunto del Colegio La Salle, y la nuestra es que la dirección ha demostrado una incompetencia extrema que ha provocado el conflicto, nunca deben hacerse públicos datos personales ni amenazar».
Dos versiones distintas
Hasta el momento, hay dos versiones distintas sobre lo que habría ocurrido el pasado viernes en el aula de 1º B de Bachillerato y también en los días anteriores. Por ahora, en lo único en que sí coinciden ambas versiones es en que la enseña nacional fue colocada en esa clase a principios de esta semana, como muestra de apoyo a la Selección, coincidiendo con el inicio del Mundial de Fútbol de Qatar. Los alumnos habían pedido permiso a su tutor para poder colocar la bandera, permiso que les había sido concedido.
A partir de ahí, surgen ya las divergencias, pues varios docentes alegaron que el permiso para poder exhibir el distintivo sólo era para los días en que jugase la Selección. Como se recordará, el primer encuentro de España en este Mundial se disputó el pasado miércoles, con victoria de la 'Roja' sobre Costa Rica por siete goles a cero. Los citados docentes expresaron también su malestar por el hecho de tener que dar clases con una bandera de España en el recinto. El claustro adoptó entonces una solución salomónica, que fue aceptar que la enseña pudiera estar en el aula todos los días añadiendo junto a ella la leyenda «Vamos, Selección».
Finalmente, el pasado viernes la profesora de Lengua Catalana dijo a los alumnos de 1º B que no daría clase si la bandera no era descolgada. Los estudiantes señalaron que tenían autorización para exhibir el estandarte, por lo que no lo retiraron. A continuación, la docente abandonó el aula. Poco después, se les comunicó a los menores que las dos últimas clases de esa jornada —de Catalán y de Filosofía— habían sido suspendidas y a continuación fueron enviados a sus casas hasta el lunes.
La primera reacción del centro
El mismo viernes, el director técnico de Secundaria de La Salle —centro concertado— envió una nota a las familias en la que daba su versión sobre lo ocurrido. Así, los alumnos habrían sido expulsados por haber «desoído las indicaciones de una profesora que estaba cumpliendo con las normas de convivencia del centro y seguía las órdenes del equipo directivo, negándose aquellos expresamente a obedecer, lo que supone un acto de insubordinación deliberada». Además, la docente de Lengua Catalana habría sido «vitoreada y aplaudida con sorna por la mayoría de los alumnos» mientras abandonaba el aula «para consultar con el equipo directivo la mejor manera de gestionar el asunto».
«Como director técnico y ante la gravedad de los hechos, he tomado la decisión de cancelar las dos sesiones lectivas que restaban para finalizar la jornada, pues el respeto a los profesores, así como el respeto y solidaridad a los compañeros propiciando un ambiente de convivencia positivo, son obligaciones que deben cumplir todos los alumnos», proseguía la nota, que concluía señalando que los responsables del centro trabajarán para «aprender de esta situación y transmitir los valores cristianos que refleja nuestro Carácter Propio para convertir a los alumnos en miembros de una sociedad madura, con espíritu crítico y autonomía, capaces de pensar por sí mismos».
En ese contexto, los padres de los alumnos niegan que hubiera tal desobediencia por parte de los estudiantes o que algunos de ellos se burlasen de la profesora. Paralelamente, en su escrito enviado el viernes a la Consejería de Educación indicaron que en otras clases del centro «se permite tener las banderas de España como apoyo a la Selección, sin que esto suponga un problema para los profesores que imparten clases allí ni ningún problema de convivencia con los alumnos». Por último, los progenitores expresaban su indignación por el hecho de que algunos docentes «intenten politizar una situación tan sana como la de apoyar a la Selección en un evento deportivo».