PSOE y Podemos pactan silenciar la opinión de los expertos sobre la ley trans

Igualdad quiere evitar a toda costa el debate público de la ley trans, aunque sea a costa de silenciar a profesionales relacionados con la materia que llevan meses alertando de los riesgos de aprobar un texto que se aleja de las necesidades de los menores y obvia el fenómeno de la disforia de género. Y lo ha hecho con el beneplácito del PSOE, que en un primer momento se comprometió a escuchar a todas las partes.

Hace unas semanas, la Asociación Española de Feministas Socialistas (FeMeS) envió un escrito a la presidenta de la Mesa de la Comisión de Igualdad pidiendo la comparecencia de distintos asociaciones y expertos durante la tramitación de la ley. «Esta ley, que afecta negativamente a derechos de todas las mujeres y que supone un peligro para la salud física y mental de los menores, no debe tramitarse sin antes recabar las opiniones y conocimientos de personas expertas y de los colegios profesionales y organismos que trabajan en la materia», señalaba el escrito.

Entre los expertos propuestos para comparecer se encontraban diferentes asociaciones feministas como la propia FeMes, Alianza Contra el Borrado de las Mujeres o Mujeres para la Salud; asociaciones profesionales como la Agrupación AMANDA, la Asociación Española de Psiquiatría o el Consejo General de Colegios Médicos; investigadores de universidad; profesionales de las Unidades de Género; expertos en diferentes áreas; e incluso una investigadora especializada en Mujer y Deporte. Hasta 30 entidades y profesionales conocedores de la problemática.

Sin embargo, Igualdad ha silenciado de un plumazo cualquier voz discordante –y, a la vez, las más autorizadas– después de llegar a un acuerdo con el PSOE para rechazar la comparecencia de expertos en la Comisión Parlamentaria, algo que solicitaron PP y Vox y, en última instancia, los propios socialistas. Pero esta jugada no ha salido gratis: ambos partidos se han dado dos semanas para volver a debatir las enmiendas a pesar de que las posiciones siguen muy alejadas. Podemos, por su parte, espera que la ley esté aprobada antes de que acabe el año pero no aceptará «ningún recorte» mientras que el PSOE duda de las seguridad jurídica que ofrece el anteproyecto. Con los plazos que se mueven, es difícil que se llegue a un acuerdo.

Entretanto, los expertos que Podemos y PSOE se han negado a escuchar han puesto el grito en el cielo ante la «actuación antidemocrática» de estos partidos. «Será legal, pero no es ético. No se puede legislar de espaldas al conocimiento científico y a la población», señala AMANDA. «Y mucho menos pretender que se hace en pro de los Derechos Humanos, cuando se está faltando a algunos de los derechos más elementales de la infancia, como es el derecho a una atención médica integral, que debe incluir una valoración física y de salud mental del niño o la niña y su entorno ante malestares emocionales».

FeMes apunta a que «esta legislatura será recordada como la legislatura en el que la izquierda de este país se negó a escuchar al feminismo y se vendió al adoctrinamiento queer o el de las creencias subjetivas. Será recordada por traicionar al feminismo».

«Cuando se quieren ignorar las voces expertas que alertan de los efectos indeseados de las leyes que a nadie le quepa la más mínima duda que la primera consecuencia se manifestará en las urnas y las consecuencias posteriores, en lo relativo a la 'ley trans', se concretarán en demandas y denuncias por la irresponsabilidad de una tramitación urgente», añade esta asociación.

«Efecto contagio»

Lo cierto es que estos expertos no tendrán voz sobre un fenómeno que está provocando un «efecto contagio» entre los menores. En los últimos años, los profesionales han advertido de la creciente popularidad que han alcanzado las identidades transgénero gracias a las redes sociales. Incluso es común ver en vídeos de TikTok a jóvenes que se han sometido a cirugías relacionadas hablar sobre las bondades del proceso.

«El discurso de los menores, sus expresiones, sus cambios de comportamiento… empiezan a ser muy similares en todas las familias», señalan desde AMANDA. «Además de tener problemas de salud mental previos como depresión, intentos autolíticos, autolesiones o problemas de socialización que no habían relacionado con su sexo previamente».