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Una familia divirtiéndose en Navacerrada (Madrid)Daniel González / GTRES

Calidad de vida

Los españoles dan un notable bajo a sus vidas

Los austriacos y los finlandeses son los europeos que se sienten más satisfechos con su experiencia vital; los búlgaros y los húngaros, los que menos

La oficina estadística Eurostat ha pedido a los ciudadanos europeos que valoren, en una escala del 0 al 10, lo satisfechos que se encuentran con su vida. Aunque todos los países alcanzan el aprobado, las notas van desde el suficiente hasta el notable alto. Austria es el país con la calificación más alta –un 8–, seguido de Finlandia y Rumanía.

En el extremo opuesto se encuentra Bulgaria. Los habitantes del país de Europa del Este creen, por el contrario, que su calidad de vida es muy mejorable (5,7), aunque se sienten mejor que hace una década (4,7). También lo creen así los húngaros (6,5) y los letones (6,7).

¿Qué puesto ocupa España en este indicador? Está en la mitad de la tabla con un 7,2 de media, igualada con Alemania e Italia y por delante de Portugal y Francia. Aun así, los españoles se sienten menos satisfechos con su vida que en 2018 (7,3). Eurostat sospecha que detrás de este empeoramiento se encuentra el impacto de la pandemia, que seguía muy latente cuando se realizó la encuesta en 2021.

Los ciudadanos de otros trece países también han visto reducida su percepción de bienestar en los últimos años. En la mayoría de los casos se trata de países en los que los niveles de satisfacción ya eran altos. Por el contrario, los Estados que tenían notas bajas en 2018, como Lituania y Croacia, han mejorado visiblemente sus puntuaciones.

Las personas con estudios superiores, los más satisfechos

Aunque en España no hay diferencias por sexos en cuanto a satisfacción con la experiencia vital, sí existen por edades y niveles educativos. Por ejemplo, los jóvenes se acercan al notable alto a la hora de calificar su vida (7,7), mientras que las personas de 75 o más años le dan casi un punto menos (6,8). De hecho, la tendencia que se detecta en toda Europa es que, conforme aumenta la edad se está menos satisfecho con la propia vida, si bien en España se mantienen unos niveles de satisfacción altos hasta los 50 años.

Asimismo, las personas que tienen mayor formación tienden a valorar mejor su vida que aquellos con estudios básicos. La satisfacción de los españoles con estudios superiores (7,5) supera por unas décimas a la de aquellos que solo han completado la educación primaria o secundaria (6,9). Pese a ello, esta brecha se ha estrechado en el último año, ante la caída en la satisfacción de las personas con mayor formación.