El Congreso aprueba la ley trans con la abstención de Carmen Calvo

La ley que permite a los menores de 16 y 17 años cambiarse de género sin permiso paterno ya es una realidad. El Congreso ha aprobado la ley trans con 188 votos a favor, 150 contra y 7 abstenciones, una de ellas especialmente destacada por tratarse de Carmen Calvo, muy crítica con el contenido del texto que además sale adelante sin la enmienda del PSOE que planteaba que los jueces autorizaran el cambio de sexo registral en menores de 16 años.

Y es que esta ley es, sobre todo, una victoria de Irene Montero, que no ha ocultado su orgullo frente a la frustración de la bancada socialista. La ministra de Igualdad celebró que el Congreso «cierre armarios» y «abra puertas y ventanas» con una ley conseguirá asegurar «vidas libres» a los trans.

Carmen Calvo ha señalado, al término de las votaciones, que «estoy de acuerdo con que exista una ley, pero no esta ley». «He votado en un día difícil la opción más compleja, que es lo que hay que hacer. Asumo las consecuencias de mis actos», ha añadido.

Este texto permite el permiso paterno para aquellos menores de 16 y 17 que quieran cambiar de sexo en el registro, aunque lo mantiene para los de 14 y 15 años. Solo será necesaria la intervención del juez para los niños de 12 y 13 años. Los menores de 12, por su parte, podrán cambiar de sexo en el DNI pero no en el registro.

Prohíbe asimismo las terapias de conversión y garantiza a lesbianas, bisexuales y personas trans con capacidad de gestar el acceso a técnicas de reproducción asistida. Además, despatologiza la condición trans y elimina el concepto de disforia de género.

La abstención de Carmen Calvo, que previsiblemente no tendrá consecuencias por romper la disciplina de partido, no ha sido la única muestra de disensión en las filas socialistas. La petición del PSOE de pedir la ampliación del periodo de presentación de enmiendas para retrasar la tramitación del texto provocó la salida del partido de la exdiputada de la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli.

Será el Senado el que reciba ahora el proyecto de ley, que cuenta con el rechazo de parte del movimiento feminista porque teme que se traduzca «en un borrado de las mujeres».