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El director general de la OMS, Tedros AdhanomAFP

Las autoridades sanitarias chinas se reúnen con la OMS para hablar sobre la situación epidémica

Las muertes causadas por enfermedades subyacentes en pacientes que estaban infectados por el coronavirus no se cuentan como muertes por covid

La Comisión Nacional de Sanidad de China mantuvo una reunión con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que ambas partes «intercambiaron puntos de vista sobre la situación epidémica», después de que varios países impusiesen medidas a los viajeros procedentes del país asiático.

Las autoridades sanitarias chinas y la OMS hablaron por videoconferencia sobre «tratamientos médicos, vacunas y otros asuntos técnicos», según un comunicado publicado anoche por la Comisión en su página web.

Ambas partes acordaron «continuar los intercambios técnicos para ayudar al mundo a poner fin a la epidemia lo antes posible», informó el organismo, que no ofreció más detalles.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró este viernes que las políticas de prevención contra la covid han de «basarse en la ciencia», ser «proporcionales» y «no afectar a los viajes normales», en referencia a las medidas tomadas por países como España, Estados Unidos, Italia, India, Taiwán, Corea del Sur, Malasia o Japón, que exigirán pruebas PCR a los viajeros procedentes del país asiático.

Recientemente, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró: «En la ausencia de información más amplia de China, se puede entender que los países en todo el mundo actúen de la manera en la que piensan que pueden proteger a sus poblaciones».

En respuesta al experto etíope, la Cancillería china aseveró que «expertos médicos de diferentes países han dicho que las restricciones de entrada a los viajeros que llegan de China son innecesarias».

El jefe del equipo de expertos de la Comisión de Sanidad de China, Liang Wannian, declaró este jueves que la nación asiática seguirá «analizando, secuenciando e informando de variantes del coronavirus» y que, en el caso de que las autoridades hallasen «una nueva variante que provocase cambios en la patogenicidad, virulencia o transmisibilidad», se notificaría a la OMS «de inmediato».

La semana pasada, la OMS se mostró «muy preocupada» por la evolución de la epidemia en China y reclamó «más información», a lo que Pekín respondió que ha compartido sus datos «de forma abierta, puntual y transparente» desde el inicio de la pandemia.

Existen dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales chinas, que han informado de apenas un puñado de fallecimientos recientes por la enfermedad pese a que, por ejemplo, la provincia de Zhejiang (este) estimó recientemente que un millón de sus habitantes se contagiaban cada día.

Según un experto citado por la prensa estatal, las muertes causadas por enfermedades subyacentes en pacientes que estaban infectados por el coronavirus no se cuentan como muertes por covid.

A partir del 8 de enero, la covid dejará de ser una enfermedad de categoría A en China, el nivel de máximo peligro y para cuya contención se exigen las medidas más severas, para convertirse en una de categoría B, que contempla un control más laxo, marcando así en la práctica el fin de la política de «cero covid» que llevaba vigente casi tres años y que en las últimas semanas las autoridades han desarmado.

La ola de contagios de este mes a raíz de la retirada de las restricciones ha provocado una gran presión en hospitales y morgues de ciudades como Pekín y Chongqing, según testimonios recogidos en las redes sociales.