Consumo
El sector del vino se revuelve contra las etiquetas sanitarias a las botellas que quiere poner Irlanda
La Federación Española del Vino subraya que la medida, respaldada por la Comisión Europea, supone una «ruptura encubierta del mercado único» y entorpece la cadena productiva
La decisión de Irlanda de alertar en las etiquetas en todas las bebidas alcohólicas sin excepción de que su consumo es «nocivo para la salud» ha puesto en pie de guerra a las autoridades italianas, principal exportadora de vino a la isla.
En los últimos días, tanto la presidenta, Giorgia Meloni, como el vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, han calificado la medida de «absurda», pues «ignora la diferencia entre consumo moderado y abuso de alcohol». Y, sobre todo, porque obligaría a fabricar etiquetas específicas para Irlanda que entorpecerían la cadena de producción.
Así lo denuncia, en declaraciones a El Debate, José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV). Aunque España no se encuentra como Italia entre los mayores vendedores, reconoce los problemas que acarrearía y avisa, sobre todo, del precedente que sienta para que otros países de la Unión sigan por la misma senda, lo que supone a su vez una ruptura encubierta del mercado único.
La medida no es todavía definitiva y debe ser sometida a votación por la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde se puede topar, como ya ha ocurrido dentro de la propia UE, con la oposición de algunos países. Un total de 12 Estados miembro han rechazado la iniciativa y otros seis han emitido observaciones, discrepancias que la Comisión Europea ha ignorado al considerar que la advertencia está justificada.
«La propuesta es infumable. Por dos motivos: el primero es que en el fondo supone una ruptura encubierta del mercado único, y el segundo, que obliga a que las empresas tengan que hacer un etiquetado especial para Irlanda con una serie de avisos cuando es algo que a nivel comunitario no existe y además con el agravante de que esos avisos son totalmente incorrectos. No hay ningún tipo de evidencia que demuestre que el mero consumo de vino causa cáncer o hace daños al hígado. Todo depende del consumo, cosa de la que nosotros mismos ya alertamos a la población», defiende Benítez, que agradece el apoyo mostrado desde el Gobierno español a sus posiciones.
Para el director general de la FEV, la decisión es «totalmente injustificable y desproporcionada»: «Para un sector como el nuestro esto es muy grave, pero más allá de los mensajes, desde el punto de vista logístico y de la practicidad de la exportación nos complica mucho la vida».
Propuesta del Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo ya barajó el año pasado la idea de introducir el etiquetado sanitario para estas bebidas por una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pedía medidas para reducir el consumo excesivo de alcohol. Entonces, los representantes de Francia y España, además de Italia, frenaron la implementación de la advertencia sanitaria a nivel europeo y acordaron, en su lugar, incluir más información en el etiquetado comercial de las botellas.