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ilustracionLu Tolstova

El negocio detrás del aborto que el Gobierno quiere ocultar

La cultura de la muerte constituye el cuarto mayor negocio del mundo por detrás del tráfico de armas, de las drogas y de la prostitución

El pasado mes de diciembre el Congreso aprobó la reforma de la ley del aborto. Se trata de una ley que permite terminar con su embarazo a menores de 16 y 17 años sin consentimiento paterno, señala con el dedo a todos los facultativos que no quieran llevar a cabo esta acción y, sobre todo, es un gran negocio

El aborto constituye un actividad multimillonario. Prueba de ello es que en la mayoría de los hospitales públicos los ginecólogos son objetores de conciencia. Un ginecólogo sabe «mejor que nadie» la vida humana intrauterina que lleva la mujer y su desarrollo embrionario, porque es el médico quien se encarga de cuidar esa vida, explica Álvaro Ortega, presidente de la Fundación +Vida.

Alrededor del aterrador mundo del aborto, hay desarrollado una gran industria privada. De hecho, la sanidad pública en muchos casos «tiene que remitir a la privada para llevar a cabo los abortos». Al negocio del aborto de las clínicas quirúrgicas hay que sumarle otro tipo de aborto y de monetización que se constituyen dentro de lo que es la cultura de la muerte y es la fecundación in vitro.

La fecundación in vitro es «la creación artificial de vida humana», donde también se producen abortos. Ellos lo denominan como «el descarte de embriones»: se rechazan embriones dentro de lo que es una regulación in vitro, pero realmente «lo que se están produciendo son abortos». Esta práctica supone una vía más de negocio dentro del aborto. Es decir, «de la industria de la cultura de la muerte».

Si se suma el negocio del aborto y de la fecundación in vitro, el negocio de la «cultura de la muerte» se sitúa en el cuarto puesto de los mayores negocios del mundo. Por detrás del tráfico de armas, de las drogas y de la prostitución.

No existen solo estos dos negocios. A esto hay que sumarle las ideas de Irene Montero. Dentro de esta industria existe también el de la farmacología, es decir, las píldoras postcoitales abortivas. La ley de Montero, financia públicamente tanto los anticonceptivos hormonales como la píldora del día después.

Un parto, 150 euros

El Ministerio de Montero sabe muy bien lo que hace. Mientras que un parto natural en el hospital cuesta entre 150 y 200 euros, los abortos suponen una gran cuantía económica. Por tanto, aquellos cuya actividad es lucrativa, indudablemente se decantan por el aborto y por «fomentar cada vez más este negocio».

Siguiendo en la misma línea si nos referimos al coste de la fecundación in vitro, por ciclo en total la mujer se gasta 10.000 euros si sumas lo que es la hiperestimulación ovárica, la punción ovárica, la transferencia embrionaria o la medicación que tiene que tomar la mujer.

Precios de un aborto

  • Aborto de hasta 12 semanas con anestesia local: 345 €
  • Aborto de hasta 12 semanas con anestesia general: 440 €
  • Aborto con intervención de 13 a 14 semanas: 475 €
  • Aborto con intervención de 15 a 16 semanas: 595 €
  • Aborto con intervención de hasta 17 semanas: 625 €
  • Aborto con intervención de hasta 18 semanas: 840 €
  • Aborto con intervención de hasta 19 semanas: 990 €
  • Aborto con intervención de hasta 20 semanas: 1.470 €
  • Aborto con intervención de 21 a 22 semanas: 1.655 €

En España, según los últimos datos, se han producido 88.000 abortos. Esto significa que, de media, aproximadamente 241 personas deciden acabar con la vida de sus hijos cada día.