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Los 150 ciudadanos europeos participantes en el panel de desperdicio alimentario organizado por la Comisión EuropeaJosé Ramón Pérez

Consumo

Un grupo de españoles presenta un plan para reducir el desperdicio de alimentos en Europa

Los 150 ciudadanos que han participado en el panel han elaborado 23 propuestas que influirán en el proyecto legislativo que la Comisión presentará en junio

El panel ciudadano sobre desperdicio alimentario organizado por la Comisión Europea llegó este domingo a su fin, tras la aprobación de más de una veintena de recomendaciones para ayudar a combatir el despilfarro de alimentos. Las propuestas, elaboradas en tres sesiones por un grupo de 150 ciudadanos procedentes de todos los puntos de Europa, influirán en la redacción e implementación de la propuesta legislativa sobre el tema que el Gobierno comunitario tiene previsto presentar el próximo mes de junio.

Los datos sobre la magnitud de esta problemática son contundentes. En torno a un tercio de la comida que se produce en el mundo y que está destinada al consumo humano se acaba perdiendo, según la Agencia para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO). Europa no es ajena a este fenómeno, ya que, de acuerdo con los cálculos de Eurostat, los europeos desperdician 57 millones de toneladas de alimentos al año –127 kilos por persona– por un valor económico de 130.000 millones de euros.

Los principales responsables del despilfarro de comida son los propios hogares (55 %), seguidos de los fabricantes de productos (18 %) y los productores primarios (11 %). Mientras esto ocurre, 36,2 millones de personas en Europa –828 millones en el mundo– no logran alimentarse de manera adecuada en su día a día.

Educación e incentivos económicos

Durante las tres sesiones organizadas desde el pasado mes de diciembre –dos con carácter presencial en Bruselas y otra online–, los 150 ciudadanos invitados al panel han tenido la oportunidad de formarse acerca del desperdicio alimentario, aportar sus ideas y debatir con personas de otros países de la Unión para elaborar propuestas que ayuden a reducir el despilfarro.

Portavoces presentan las recomendaciones de su grupo de trabajo en el panelJosé Ramón Pérez

El resultado es una lista de 23 recomendaciones que aspiran a condicionar la política comunitaria en esta materia. Buena parte de ellas buscan concienciar a los consumidores sobre el problema, incluyéndolo en el currículo educativo de los más pequeños y ofreciendo información sobre cuáles son los productos de proximidad o de temporada. Otras plantean conceder incentivos fiscales a distribuidores y restaurantes para disminuir el desperdicio y tejer redes para que todos los actores de la cadena alimentaria colaboren en esta tarea.

Satisfacción y dudas con el recorrido

«Hemos trabajado mucho, pero ahora te queda la duda de si realmente todas las propuestas que hemos planteado se van a tener en cuenta», reconoce Berta Ortigosa, nutricionista en Pamplona y una de las catorce ciudadanas españolas que han participado en el panel. Blanca Sacaluga, estudiante gaditana, asegura sentirse orgullosa del trabajo realizado, aunque reconoce que ha sido una tarea ardua, ya que «había que dar una vuelta para entenderlo todo al no ser expertos en el tema».

Una ciudadana introduce su voto en una urnaJosé Ramón Pérez

Teresa Herrero, periodista sevillana, afirma que todos los participantes se han «comprometido a divulgar esta problemática», ya que «no puede ser que se tiren kilos y kilos de alimentos en buen estado porque a nosotros nos sobren». Aun así, Herrero tiene dudas sobre el recorrido de algunas propuestas. «No nos engañemos, esto es David contra Goliat. Las grandes empresas, distribuidoras e intereses económicos no quieren que prosperen muchas de estas medidas, porque si desperdiciamos menos, también vamos a gastar menos».

También comparte esta preocupación Venancio Castellano, graduado social de Sevilla, que cree que «habría que cambiar la forma de participación de los lobbies» en la elaboración de políticas públicas, ya que estos grupos de interés «tendrían que presionar en favor de sus intereses en base a las ideas de la población, en lugar de que los ciudadanos se tengan que someter siempre a lo que ellos quieren».

Mejores datos que en otros países

Aun así, los participantes españoles en el panel consideran que en España se desperdicia menos que otras países de Europa, algo que Rafa Pascual, guía en Madrid, cree que se debe a «la cultura del aprovechamiento». «Mi abuela siempre nos cuenta historias de que, como en su casa se pasaba un poco de necesidad, siempre se aprovechaba todo, y ya con los restos de los restos se alimentaba a los animales».

Los datos de Eurostat confirman esta percepción, ya que España registra el sexto menor despilfarro de comida por habitante de la Unión Europea, y el segundo menor a nivel de hogares, solo por detrás de Bulgaria. «Yo creo que se debe también a la cultura culinaria que tenemos en España. A mí me encanta ir a comprar, ponerme a cocinar, ver cómo puedo reutilizar las cosas que se han quedado a comer en el frigorífico», cuenta Venancio Castellano.

No obstante, la influencia final de las recomendaciones del panel en el texto legislativo no se conocerá hasta el próximo mes de junio. Fuentes de la Comisión Europea reconocen que el órgano comunitario pretende establecer objetivos obligatorios de reducción de desperdicios para los Estados miembros, aunque aún no han decidido si deben ser iguales para todos los países o deben variar de uno a otro.