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Una señal de tráfico informa sobre la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones en Madrid, (España)Europa Press

Un 54 % de los españoles atribuye la creación de zonas de bajas emisiones a «intereses políticos»

Un estudio afirma que el 61 % de los encuestados se muestra en contra de estas medidas

Son muchas las ciudades de España que han instalado ya una zona de bajas emisiones –obligatoria en aquellas de más de 50.000 habitantes–, restringiendo así el uso de coches normalmente por el centro de las urbes para reducir así el CO2 que estos vehículos emiten a la atmósfera.

A pesar de que los ayuntamientos venden este tipo de medidas como algo necesario para mejorar la calidad del aire de las ciudades y para que el peatón gane importancia, la ciudadanía no termina de acogerlas con mucha alegría.

Así lo indica un estudio elaborado por el Observatorio RACE de Conductores, iniciativa del Real Automóvil Club de España. Según este, un 54 % de los españoles atribuye la creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) a «agenda e intereses políticos», mientras que el 35 % piensa que la motivación real obedece a la mejora del medio ambiente y un 11 % o no tiene clara su respuesta o lo atribuye a otras razones.

Para llegar a estas conclusiones, se ha preguntado a más de 1.500 personas sobre cómo ven y cómo pueden afectarles las ZBE, obligatorias en las ciudades de más de 50.000 habitantes. En este sentido, al margen de la motivación, el rechazo a estas zonas es mayoritario, pues un 61 % de los encuestados se muestra en contra de estas zonas, mientras que un 31 % está a favor y un 9 % no lo tiene claro.

Según ha destacado el RACE, la creación de las Zonas de Bajas Emisiones ha afectado o va a afectar a los desplazamientos del 52 % de los habitantes (o trabajadores) de ciudades de más de 50.000 empadronados. Así, a un 32 % no les afectará en su día a día ya que su forma habitual de desplazamiento estará permitida, mientras que un 11 % afirma que quedan fuera de sus viajes diarios.

De este modo, entre aquellos conductores que se van a ver afectados por las ZBE, el 71 % se desplaza o se desplazaba en coche antes de su puesta en marcha, un porcentaje que, una vez estén todas establecidas, se reducirá hasta el 46 %. El trasvase será hacia el transporte público, que pasará del 13 % al 27 %, seguido por aquellos que se desplazarán a pie (del 8 al 11 %) o en moto, que asciende del 6 al 7 %.

El estudio publicado este jueves apunta que otras opciones de desplazamiento como la bicicleta (que se mantendrá como medio de transporte para el 1 % de los encuestados) o el patinete eléctrico (que sube de menos del 1 % al 1), siguen siendo residuales.

Falta de alternativas reales

Por otro lado, los conductores encuestados en el Observatorio del RACE afirman encontrarse con «una alarmante falta de alternativas». Un 31 % dice que evitará las Zonas de Bajas Emisiones en medida de sus posibilidades, y un 19 % no sabe cómo adaptarse, ya que no les resulta válida ninguna de las alternativas actuales.

«Un dato muy preocupante» para los fabricantes de vehículos, según ha puesto de relieve el RACE, es que únicamente el 14 % de los encuestados ha cambiado o plantea cambiar su coche por uno que sí cumpla con las restricciones de movilidad de estas áreas.

En relación con el tipo de actividad, un 42 % de los españoles se verán afectados en sus desplazamientos particulares (colegios, hospitales), un 40 % en su ocio, un 28 % en sus desplazamientos de ida y vuelta del trabajo, y un 15 % durante su jornada laboral.

Sobre el lugar de vacaciones, la investigación señala que un 20 % de los encuestados cambiará su destino: Un 27 % lo disfrutan en ciudades de más de 50.000 habitantes, pero un 32 % desconocen el dato. Del total de encuestados, un 41% viajarán en su situación vigente y usarán en el destino el tipo de movilidad que puedan; un 33 % afirman que su vehículo cumple con las normativas, mientras que un 20 % cambiará de destino por culpa de las ZBE. Por su parte, un 5 % afirman que usarán un vehículo diferente.