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La Rusia de Vladimir Putin ha sufrido el mayor retroceso democrático en 2022, según el índice de The EconomistAFP

Democracia

Los países más y menos democráticos del mundo, según 'The Economist'

España pasa a ser considerada una democracia plena en un índice encabezado por los países nórdicos y Nueva Zelanda

El avance de la democracia a nivel global se estancó en 2022, según el Índice de Democracia que elabora la unidad de inteligencia de la revista The Economist. El estudio, que califica del cero al diez la salud democrática de 167 países en base a cinco categorías –proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, cultura política democrática y libertades civiles– revela que más de un tercio de la población mundial vive en un país con un régimen autoritario (36,9 %), mientras que casi la mitad (45,3 %) lo hace en algún tipo de democracia.

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La puntuación global del índice se mantuvo «prácticamente sin cambios» en 2022, marcando un 5,29 sobre diez, frente al 5,28 registrado el año anterior. La división de investigación y análisis del grupo The Economist considera que este resultado es «desalentador», ya que se esperaba que el levantamiento de las restricciones asociadas a la pandemia se tradujera en una mejora de la situación a nivel mundial.

Los dos mayores obstáculos para este avance han sido Rusia y China. Moscú sufrió el mayor descenso de puntuación en el último año, cayendo casi un punto hasta el 2,28 sobre diez. El estudio afirma que el régimen de Vladimir Putin ha acompañado la invasión de Ucrania de «una represión y censura sin cuartel en su propio país», lo que ha hecho que Rusia «esté adquiriendo muchas de las características de una dictadura».

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Por su parte, el gigante asiático insistió en su política de 'cero covid' hasta que las protestas masivas de finales de año le obligaron a abandonar esta estrategia. La unidad de inteligencia de The Economist señala que «el enfoque represivo del Estado hacia todas las manifestaciones de disidencia no se ha abandonado». Otros países que también experimentaron un importante retroceso democrático en 2022 fueron Bielorrusia, Burkina Faso, Haití, El Salvador o México.

Los países nórdicos lideran el índice

El primer puesto del ranking este 2022 es para Noruega, que logra la máxima puntuación en tres de las cinco categorías analizadas. Nueva Zelanda se cuela en el segundo lugar, y le siguen el resto de países nórdicos –Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca–. Más de la mitad de las 24 naciones consideradas democracias plenas se encuentran en Europa Occidental, aunque América del Norte registra el mejor resultado por continentes.

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Otra novedad que trae esta edición del ranking es el regreso de España, Francia y Chile al grupo de democracias plenas. La división de investigación y análisis del semanario británico apunta que la mejora de España está relacionada con el «levantamiento de las restricciones contra la covid-19», aunque reconoce que «la polarización política sigue siendo elevada de cara a las elecciones de 2023, y los escándalos políticos y el separatismo catalán continúan planteando retos a la gobernanza» del país.

Por el contrario, Perú ha sido degradado de democracia defectuosa a régimen híbrido tras el golpe de Estado fallido promovido por el expresidente de Perú, Pedro Castillo, que «debilitó una democracia ya inestable». Turquía también será un foco de atención para este 2023, ya que el país «se enfrenta a unas elecciones cruciales este verano que podrían decidir su estatus democrático» tras dos décadas de gobierno «cada vez más autocrático de su presidente, Recep Tayyip Erdogan».

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Así clasifica el índice a los países

El Índice de Democracia de la unidad de inteligencia de The Economist distingue cuatro tipos de regímenes en función de la puntuación obtenida en cinco categorías:
  • Democracias plenas (puntuación superior a ocho): países donde se respetan las libertades políticas y civiles básicas y que cuentan con una cultura política propicia para el florecimiento de la democracia. Los gobiernos funcionan de forma satisfactoria, hay independencia judicial, pluralismo mediático y el sistema de contrapesos funciona.
  • Democracias defectuosas (entre seis y ocho puntos): las elecciones son libres y justas y se respetan las libertades civiles básicas. Sin embargo, existen deficiencias significativas en otros ámbitos, como problemas de gobernanza, una cultura política subdesarrollada o bajos niveles de participación.
  • Regímenes híbridos (entre cuatro y seis puntos): hay irregularidades en las elecciones, que no son libres ni justas. La corrupción tiende a ser generalizada y el Estado de Derecho y la sociedad civil suelen ser débiles. El poder judicial no es independiente y hay acoso y presión sobre los periodistas y la oposición.
  • Regímenes autoritarios (menos de cuatro puntos): el pluralismo político no existe o está limitado. Pueden existir algunas instituciones formales de las democracias, pero tienen escasa sustancia. Si hay elecciones, no son libres ni justas. También se producen violaciones de libertades civiles, represión de las críticas al gobierno y censura generalizada. El poder judicial y los medios no son independientes.