Polémica en Reino Unido por una bailarina trans sin talento: «La diversidad no debería consistir en esto»
Varios vídeos de Sophie Rebecca, admitida con 33 años por una de las academias de ballet más prestigiosas del mundo, han causado la indignación de los amantes de este arte
Entrenamiento, disciplina y mucha entrega. Las bailarinas que aspiran a dedicarse profesionalmente al ballet clásico requieren desde muy jóvenes grandes dosis de estas tres facultades para alcanzar el éxito, una doctrina que se eleva a cotas demenciales en la que es una de las instituciones más prestigiosas del mundo en ese arte, la Real Academia de Danza (RAD) del Reino Unido.
Por eso, el caso de Sophie Rebecca, una mujer transexual que se inició en el ballet con 33 años y que aprobó el examen intermedio de la RAD con ‘méritos’ en 2017, ha levantado una ola de indignación entre los amantes de esta danza.
Expiloto de rally y graduada en Tecnologías de la Información de 1,90 metros de altura, varios vídeos de Rebecca bailando han causado el estupor de los usuarios en redes sociales. En ellos, se comparan los movimientos de la bailarina con los de otra mucho más joven y con los de sus compañeras durante una actuación. Y las diferencias en cuanto a ritmo, técnica y armonía resultan, cuando menos, evidentes.
El desfase de edad entre las bailarinas jóvenes –que suelen comenzar a bailar incluso antes de empezar primaria y se retiran cuando cumplen la treintena– y Rebecca –que empezó con 33– han arreciado un torrente de críticas por la discriminación positiva que patentiza el hecho de que la bailarina trans fue admitida pese a su falta de talento. «La diversidad debería consistir en encontrar artistas de alta calidad de diferentes orígenes, no en dar prioridad a los artistas mediocres porque tienen diferentes orígenes. Cosas como esta nos hacen daño a todos», lamenta uno de los usuarios.
Lejos de reflexionar, la mujer no ha dudado en reafirmarse frente a los comentarios: «Me enfrento a estereotipos todo el tiempo. La gente tiene esta imagen en la cabeza si dices 'ballet'. Tienen la creencia de que existe un cuerpo de ballet o que es delicado y femenino. Puede serlo, pero también puede ser poderoso y fuerte».