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Un joven bebe agua junto a un termómetro de calle que marca 40 grados en el centro de Córdoba este pasado juevesEFE

¿Por qué Europa es el continente que más se calienta si es de los que más hace por reducir sus emisiones?

El meteorólogo José Miguel Viñas explica el comportamiento del clima: «Las anomalías cálidas recurrentes son la principal evidencia del calentamiento global»

Casi 40 grados en pleno mes de abril en un año que comenzó con valores que superaban los 20 grados en buena parte de Europa, unas temperaturas nada habituales para el invierno. Y es que el Viejo Continente es el que más se calienta de todos, registrando en 2022 el segundo año más cálido y el verano más caluroso desde que hay registros.

Esto ocurre en el marco de una transición ecológica pilotada desde las instituciones europeas y que los países miembros están implantando para dejar de lado los combustibles fósiles y girar hacia las energías renovables con el fin de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y frenar el calentamiento global.

Por contra, otras potencias como China o India, precisamente los dos países con más población del mundo, dan la espalda a este tipo de medidas medioambientales. China, por ejemplo, a pesar de que ha construido multitud de parques solares y eólicos, sigue apostando por el carbón, al aprobar construir más centrales energéticas de este mineral en los primeros tres meses de 2023 que en todo el año 2021.

Por eso, muchos se preguntan por qué Europa es el continente que más se calienta si, a su vez, es el que más esfuerzos está realizando para modificar esta tendencia. José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, recuerda que Europa, al igual que Estados Unidos o China, son las regiones del mundo con mayores emisiones de CO2.

No obstante, matiza que el calentamiento global afecta «en mayor o menor medida a todo el mundo». El experto explica que esta subida de las temperaturas en nuestro continente no es consecuencia únicamente de nuestras emisiones.

«Es el resultado de la manera en que está empezando a comportarse la circulación atmosférica, muy alterada estos últimos años, lo que favorece situaciones de sequía y altas temperaturas en amplias zonas del continente europeo».

En cuanto a la apertura de centrales de carbón en China, Viñas recuerda que también es el país que más inversiones está haciendo en energía renovable y nuclear. «El previsible, aunque indeseado, crecimiento de China demandará una gran cantidad de energía. Para garantizar el suministro y la seguridad energética tienen que apostar por todo, sea o no renovable. El problema es que ese crecimiento tiene un gran impacto, aparte de ser insostenible».

Escenario de bajas emisiones

El experto cree que, sin la colaboración de las potencias asiáticas, el compromiso mundial de descenso de emisiones de CO2 será imposible. «Si queremos dirigirnos hacia un escenario global de muy bajas o bajas emisiones, en el que podamos ir adaptándonos, no queda otra que los gigantes asiáticos paren máquinas y evolucionen de una manera distinta a la como lo están haciendo».

Viñas añade que las tecnologías, incluso las bajas en carbono, «no solucionarán este problema». Se requiere, según expone, «un cambio sistémico, no solo en China sino en todo el mundo».

Y es que afirma que las anomalías térmicas como la que estamos atravesando en este mes de abril en España serán «cada vez más probables». «Es un cambio muy rápido, lo que dificulta nuestra adaptación y la del resto de seres vivos que cohabitamos el planeta. Las anomalías cálidas recurrentes son la principal evidencia del calentamiento global en el que nos encontramos».

¿Es un ciclo más?

Ante la pregunta de si este es un ciclo más en el clima de la Tierra, Viñas admite que los ciclos naturales están ahí, pero «el forzamiento antropogénico que está disparando la subida de la temperatura comienza a dominar sobre ellos».

Para ejemplificarlo, recuerda el encadenamiento de los últimos tres años del fenómeno de La Niña. «Durante cada uno de ellos, una gran parte de las aguas superficiales del Pacífico tropical está varios grados por debajo de la temperatura normal, lo que se traduce en un enfriamiento a escala global en la temperatura de la baja atmósfera».

A pesar de ello, lamenta el meteorólogo, los tres últimos años se encuentran «en los primeros puestos entre los más cálidos de toda la serie histórica, de más de 100 años».