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Protestas en Portugal por la despenalización de la eutanasiaEFE

Lucha por la vida

La izquierda lusa desoye al Papa y da por cerrado el debate de la eutanasia

Esta aprobación también ha sido criticada por varias entidades católicas que han afirmado que la norma va en contra de su código deontológico

A pesar de numerosos debates; el último veto político del presidente luso, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa; y el rechazo de la derecha, que amenazó con recursos ante el Tribunal Constitucional, el Parlamento portugués, aprobó el pasado viernes la despenalización de la eutanasia. Además, la izquierda lusa, liderada por los socialistas, da por cerrado el debate de la norma que mata a las personas, tras las críticas de este fin de semana del papa Francisco, la derecha y asociaciones de católicos.

«Hoy estoy muy triste porque en el país donde se apareció Nuestra Señora fue promulgada una ley para matar. Un paso más en la gran lista de países con eutanasia», expresó el sábado el Papa Francisco en unas manifestaciones que han logrado un gran eco en la prensa portuguesa.

Las palabras del Santo Padre no han servido para el Partido Socialista (PS), que gobierna con mayoría absoluta, y el Bloque de Izquierda (BE) quienes han asegurado tajantes que «este tema ya está más que resuelto en la sociedad portuguesa». En este sentido, el secretario general adjunto del PS, João Torres, ha añadido a la prensa que es el resultado de «una gran reflexión».

El primer ministro portugués, el socialista António Costa, que este sábado se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud del próximo agosto en Lisboa, no se ha querido pronunciar sobre las palabras del Papa Francisco, asegura Efe.

Recurrirán al TC

Por otra parte, y apoyando la vida de las personas, la principal fuerza de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), que votó en contra de la norma en el Parlamento y que ha amenazado con recurrir al Tribunal Constitucional, ha criticado que la aprobación fue «apresurada».

«Más allá de las palabras del Pontífice lo que me parece es que los portugueses no están suficientemente informados», comentó el presidente del PSD, Luís Montenegro.

Esta aprobación también ha sido criticada por varias entidades católicas, como la Asociación de los Médicos Católicos Portugueses (AMCP), que ha afirmado que la norma va en contra de su código deontológico.

Portugal se suma así a otros vecinos europeos, como España o Bélgica, tras un proceso que se ha prolongado durante seis años, ha atravesado tres legislaturas socialistas y ha requerido cinco votaciones en el pleno del Parlamento.

«Ningún país ha discutido durante tantos años tantas garantías, tantos pormenores, tantos procedimientos como Portugal», sostuvo el pasado vernes la diputada socielista Isabel Moreira, convencida de que el texto aprobado hoy es «muy garantista».

Durante este largo proceso, el Parlamento ha reformulado su contenido para superar cada uno de los vetos, pero ha aprobado la última redacción tras descartar problemas de constitucionalidad. «La ley tiene toda la legitimidad para proceder», defendió hoy Catarina Martins, del Bloque de Izquierda.