El robot Da Vinci revolucionará las intervenciones mínimamente invasivas

Mayor seguridad y eficacia, más precisión y un mejor control de la operación. Estas son algunas de las ventajas que el robot suma a la pericia y el conocimiento del cirujano. Para el paciente, un menor tiempo de recuperación, menos complicaciones postoperatorias, menos dolor y cicatrices mucho menos visibles.

La cirugía mínimamente invasiva asistida robóticamente se perfila como el futuro de todas las cirugías. En España ya contamos con 100 robots Da Vinci, el primer y más utilizado robot de asistencia quirúrgica, y con más de 65.000 pacientes operados en los últimos 18 años.

Las ventajas para los pacientes son enormes; por ejemplo, en intervenciones urológicas, gracias a este equipo los pacientes recuperan antes y de una manera más eficaz su calidad de vida, «disminuyendo mucho las posibles complicaciones» como la incontinencia urinaria o la disfunción eréctil, señala el doctor Francisco Vilás cirujano general de Grupo Policlínica.

El centro en el que trabaja el facultativo acaba de adquirir un robot Da Vinci para avanzar en cirugías mínimamente invasivas en especialidades como urología, digestivo, ginecología, otorrinolaringología o cirugía torácica. Sin embargo, se han dado cuenta de que podría ser una nueva y eficaz herramienta para las cirugías de cáncer de colon, ya que se ha demostrado que los pacientes «podrán retomar la alimentación normal en menos tiempo», su recuperación también «será más rápida» y las posibilidades de complicaciones se reducen.

Brazos robóticos guiados

La cirugía robótica es una técnica que permite realizar de manera muy precisa y segura determinadas intervenciones quirúrgicas, gracias al uso de pequeñas herramientas que van fijadas a un brazo robótico que dirige el cirujano mediante un ordenador. Dicho robot reproducirá los movimientos indicados pro el cirujano de una manera muy controlada y precisa.

En el caso de la cirugía con Da Vinci, los cuatro brazos móviles e intercambiables con los que cuenta permiten llegar eficazmente a las zonas anatómicas más difíciles de alcanzar. Por su parte, la torre de visión le permite al cirujano obtener una visión real en 3D de la zona a intervenir; a través de la consola, el especialista controlará la óptica y los instrumentos y el sistema transformará, de forma exacta, estos gestos en los movimientos de los brazos robóticos.

Gracias a la asistencia del robot, el cirujano está en condiciones de realizar su trabajo de una manera más cómoda, accediendo a las áreas más complejas del cuerpo, con una excelente visualización de la anatomía. Además, los movimientos que realizará a través de robot serán mucho más precisos y sin temblor fisiológico de las manos. Con todo ello, el tiempo de la cirugía se reduce gracias a estas herramientas que facilitan y mejoran su trabajo.

«Este tipo de cirugía nos ha abierto un nuevo camino a los cirujanos porque», recalca el doctor Vilás. Gracias a ella, los expertos pueden realizar intervenciones que hasta hace poco eran impensables, mejorando muchísimo la eficacia y permitiendo a los pacientes volver a su casa tras la cirugía mucho antes.

A pesar de su elevado precio, y que supone una importante inversión por parte de los centros hospitalarios no solo para su adquisición, sino también para su mantenimiento, es previsible que en un futuro no tan lejano la mayoría de las operaciones quirúrgicas se hagan con asistencia robótica, permitiendo que todas las intervenciones sean mínimamente invasivas y mejorando notablemente tanto los resultados como la calidad de vida de los pacientes.