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Una mujer vapeando mientras lee un libroUnsplash

Salud tabaquismo

Los vapeadores, antesala del tabaco: uno de cada cinco adolescentes vapea y el 13 % fuma

Solo el 62 % de los encuestados sabe que la cachimba o pipa de agua es nociva para su salud, tanto si se usa con tabaco como con productos sin nicotina

El tabaquismo está en aumento. El 19,2 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años fuma o consume algún derivado del tabaco, pero los vapeadores son los preferidos para uno de cada cinco, seguido de las cachimbas, que emplean el 14,3 %, mientras que un 13,1 % se decanta por los cigarrillos convencionales.

Estos son algunos datos de la XXIV encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) con motivo de la Semana sin Humo que tiene lugar del 25 al 31 de mayo, y cuyo lema este año es Mejor el paseo que el humo o el vapeo.

El estudio, que según explica Susana Morena, coordinadora de la Semana Sin Humo, ha batido récord de participación con un total de 9.711 personas de todas las comunidades autónomas, ha servido para demostrar como los nuevos productos derivados del tabaco son «la puerta de entrada» a los cigarrillos convencionales para los más jóvenes.

En este sentido, el 19,2 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años se declara fumador o vapeador. Los cigarrillos electrónicos los preferidos, ya que los consumen hasta el 20,8 % de los adolescentes. Mientras, el 14,3 % de los encuestados consume cachimba, el 13,1 % opta por el cigarrillo convencional y un 7,5 por ciento consumen tabaco mezclado con cannabis (porro).

Las estadísticas se invierten en los jóvenes de 19 a 24 ños, puesto que el 32,3 % fuma. En esta franja el producto más consumido es el cigarrillo convencional (19,1), seguido de los vapeadores (13,8 %) y las cachimbas (11,5 %). La proporción de personas que fuman cannabis desciende al 6,7 porciento.

Todo lo cual demuestra, en palabras de Morena, que «el cigarrillo electrónico es la forma en que se inician los jóvenes para pasar después al tabaco convencional».

¿Y por qué se inician? Por la falsa sensación de inocuidad de estos dispositivos que se ha divulgado «masivamente en las campañas de márketing» con «intereses comerciales dirigidos a los jóvenes», ha censurado la doctora.

De hecho, solo el 62 % de los encuestados sabe que la cachimba o pipa de agua es nociva para su salud, tanto si se usa con tabaco como con productos sin nicotina; por el contrario, el 29,7 % ignora sus efectos perjudiciales, porcentaje que asciende al 40 % entre los fumadores.

Todo esto ocurre aunque ya existe evidencia científica sobre sus estragos para las vías respiratorias a pesar del poco tiempo que llevan en el mercado, y la «que irá saliendo en los próximos años».

Ejemplo de todo ello es el reciente vídeo que se ha hecho viral de una menor a la que le regalan varios vapeadores por su comunión; no es que ya se dirijan a los adolescentes, es que poco a poco la publicidad va calando en los más pequeños, con dispositivos atractivos «en forma de chuches» que se venden por Internet con los que «se está normalizando algo que se había conseguido desnormalizar» con las normativas antitabaco.

Por todo ello, la semFYC ha urgido a las autoridades a emprender iniciativas legislativas sobre estos dispositivos y campañas informativas, a poder ser dirigidas al ámbito escolar y juvenil.

«Es muy grave que, en pleno 2023, el 30 % de los jóvenes de 19 a 34 años se considere fumador: tenemos que revisar el mensaje que estamos dando y por qué nuestra juventud se sigue enganchando al tabaco y sus derivados», ha concluido Paula Chao, vicepresidenta de la sociedad científica.