Emancipación
La edad media de emancipación en España supera por primera vez los 30 años de edad
La cifra de jóvenes emancipados durante el segundo semestre del 2022 se ha estancado en 15,9 %, la mitad que la media europea, que se sitúa en el 31,9 %
Conseguir emanciparse de la casa familiar antes de los 30 años parece ya una especie de misión imposible en España para nuestros jóvenes.
En concreto, la juventud española se emancipa a los 30,3 años de media. Es, sin lugar a dudas, la cifra más alta desde que hay registros. Y aunque las comparaciones son siempre odiosas, aquí lo es más. Respecto a nuestros vecinos europeos, nuestra tasa de emancipación fue del 15,9 % en la segunda mitas de 2022, mientras que en la UE la tasa media fue del 31,9 %, es decir, el doble.
La situación de la juventud sigue siendo muy grave. Ni siquiera trabajando o completando estudios superiores una persona joven tiene garantizado tener una casa o incluso dejar de estar en riesgo de pobreza. Ayudas como el Bono Alquiler solo llegan a una pequeña parte de la población joven, a la que además se le requiere que a esté emancipada, lo que acompañado de las subidas en los precios del alquiler y la compraventa de vivienda hace que, cada vez más, las personas jóvenes vean imposible poder salir de la casa familiar.
Son algunas de las principales conclusiones del Observatorio de Emancipación que ha elaborado el Consejo de la Juventud de España (CJE), presentado este viernes en rueda de prensa en Madrid en la víspera del Día Internacional de la Juventud, que se conmemora este 12 de agosto.
El CJE es una plataforma de más de 60 entidades juveniles, creada por ley en 1983 y formada por los Consejos de Juventud de las CCAA y organizaciones juveniles de ámbito estatal
El problema de la vivienda
A la hora de analizar por qué los jóvenes españoles se van del nido familiar tan tarde, el informe recoge cuestiones como el alto coste del alquiler, las dificultades para acceder a una vivienda, el problema del paro, la salud mental y los rangos de edad, siendo las mujeres las que se emancipan antes.
A la vista de estos resultados, la presidenta del CJE, Andrea González, ha reclamado en la presentación del documento, que recoge los datos del último semestre del año pasado, que se necesitan «políticas reales» y ha lamentado la falta de representación de este colectivo. «No se cuenta con los jóvenes para hacer de una manera mas trasversal las políticas que nos afectan», ha afirmado.
«Necesitamos política real, a corto, medio y largo plazo, la regulación de precios de alquileres, tanto de las viviendas, como de las habitaciones. Medidas de política útil», ha asegurado por su parte el vicepresidente y responsable de Socioeconómica del CJE, Juan Antonio Báez.
Y es que un factor esencial que lastra la independencia residencial de la juventud viene de la mano de la tasa de paro que impacta de lleno en este grupo poblacional.
Así, el paro en 2022 en este sector seguía siendo mucho mayor que la de la población general: del 22,2 % frente al 12,9 %. Las personas jóvenes tenían a finales de 2022 una tasa de paro similar a la que se registró en 2008 con el estallido de la crisis económica y financiera. Tras la reforma laboral, se puede afirmar que la temporalidad, un problema tradicionalmente endémico de la población joven, se ha reducido importantemente, pasando de un 55,4 % de temporalidad a finales de 2021 a un 38,9 % en el último trimestre de 2022.
En Madrid, solo lo logró el 15,5 %
El Observatorio concluye que «esa falta de acción política y la gran especulación en el mercado de la vivienda han provocado que la edad media de emancipación en España se sitúe a finales de 2022 en los 30,3 años. Es decir, que en términos relativos la juventud en España no se emancipa».
Una juventud que «sigue viendo cómo año tras año disminuye el porcentaje de emancipación por una pérdida de poder adquisitivo, situación que se solapa con la subida ininterrumpida de los precios de alquiler y compra de vivienda».
La Comunidad de Madrid registró entre junio y diciembre del año pasado unos incrementos muy superiores a la media estatal en los precios de venta y alquiler de las viviendas libres.
Para la adquisición de una vivienda libre, en la región madrileña, una persona joven debería destinar el 86,2 % de su salario solamente a sufragar el importe de una cuota hipotecaria media, y tener ahorrados 82.310,85 euros, lo que supone -según el informe- más de cinco veces lo que llegaba a ganar una persona joven con su trabajo en todo un año.
Para un alquiler la renta media de las viviendas libres en oferta equivalía a casi la totalidad del salario mensual medio de una persona joven (el 94,1 %).