Indemnización millonaria a unos padres tras una cesárea tardía que causó un 95 % de discapacidad a su bebé
El sufrimiento fetal perinatal le ha originado secuelas como tetraparesia, encefalopatía hipóxico-isquémica espástico-distónica y trastorno cerebro motor
Los hechos ocurrieron el 12 de octubre de 2014, una mujer, de 38 semanas de embarazo, comenzó a sentir contracciones y acudió al Servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Málaga, pero nada salió como esperaba, fue dada de alta y tuvo que regresar a su casa. Al día siguiente volvió y se quedó ingresada.
Nueve años después, el Tribunal Supremo ha inadmitido un recurso interpuesto por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) contra la sentencia de un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Málaga que condenó a la administración a indemnizar con 2,8 millones de euros a los padres por la demora en la cesárea y sufrimiento fetal durante el parto de una niña que quedó con un 95 % de discapacidad.
Así lo han informado desde la Asociación El Defensor del Paciente, cuyos servicios jurídicos, a través del despacho del letrado Francisco Damián Vázquez Jiménez, especialista en Derecho sanitario, han llevado este caso. Han apuntado que la sentencia es «firme» y que la indemnización impuesta puede suponer en la actualidad, por los intereses, unos 3.500.000 euros que «todavía no ha sido pagado».
Han explicado en un comunicado que en primer lugar se tramitó una reclamación patrimonial que el SAS desestimó, por lo que se interpuso una demanda por parte del letrado Damián Vázquez, colaborador de la asociación El Defensor del Paciente, dictándose una primera sentencia condenatoria por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Málaga, apunta en una nota Europa Press.
Esta sentencia fue recurrida en apelación por la administración sanitaria y en junio de 2022 se dictó una resolución por parte de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Málaga, dando de nuevo la razón a la víctima de la negligencia médica.
Esta decisión fue de nuevo recurrida por la Junta de Andalucía, en este caso en casación ante el Tribunal Supremo, que en julio de 2023 dictó una resolución por la que no admitía a trámite dicho recurso en el que se quería discutir el baremo aplicable a efecto de indemnización, por lo que la sentencia es firme. Desde el SAS han señalado que respetan la decisión judicial y acatarán la sentencia.
El Defensor del Paciente ha indicado en un comunicado que los distintos tribunales acogen el criterio del abogado y se aplica el baremo actual para el pago de la indemnización pese a que los hechos son de fecha del anterior.
Acudió a las 38 semanas de embarazo
La futura madre acudió a las 38 semanas de embarazo por fuertes contracciones. Tras observarla la mandaron a casa. Después de cinco días de espera e insistencia de los futuros padres para que se realizara cesárea, no sería hasta las 19:30 horas del día 17 octubre de 2014 cuando los médicos adoptan protocolo de parto, apareciendo desaceleraciones variables.
Tras observarla se percataron de que la madre había sufrido un desprendimiento de placenta, con sufrimiento por hipoxia isquémica de la bebé, que nació en parada cardiorrespiratoria, asegura Europa Press.
En ese momento, precisó maniobras de reanimación, intubación y dosis de adrenalina. Ante los evidentes daños que había sufrido dicha menor, esta debió ser trasladada con carácter urgente a otro hospital en Granada.
El abogado Damián Vázquez, de la Asociación El Defensor del Paciente, ha destacado la importancia de esta sentencia millonaria, por un importe de más de 2.683.022 euros, más intereses, «que van a ayudar a los padres y a esta niña para que puedan prestarle la ayuda y atención especializada que necesita, con una gran invalidez y minusvalía del 95 %».
Desde la asociación han señalado, tras obtener las resoluciones a favor, que «la negligencia médica está acreditada por el compromiso fetal intrauterino que obligaba a realizar una cesárea de urgencia e igualmente consta acreditado en el historial médico la existencia de encefalopatía hipóxico-isquémica y desaceleraciones en los monitores».
En estos casos, han precisado, «la rapidez y urgencia en la cesárea es vital para evitar daños irreversibles al bebé, como ha sido el caso, siendo el registro claramente patológico». «El daño es desproporcionado e inasumible, ya que la taquisistolia supone un compromiso en la oxigenación del feto, que debe ser siempre corregida», han apuntado.
Han destacado que se reconoce íntegramente la cantidad indemnizatoria solicitada, «ya que el sufrimiento fetal perinatal le ha originado secuelas como tetraparesia, encefalopatía hipóxico-isquémica espástico-distónica, trastorno cerebro motor, epilepsia no controlable, gastrectomía total, dependencia total, intervenciones quirúrgicas y minusvalía de un 95%, con total dependencia de sus padres».