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Vista aérea del Mont BlancAFP

El Mont Blanc encoge: ¿por qué ha perdido su cima más de dos metros en dos años?

El pico más alto de Europa Oriental alcanzó una altura de 4.805,59 metros en septiembre de 2023, lo que supone 2,22 metros menos que los que tenía en 2021

El considerado 'gigante' de los Alpes lo sigue siendo, pero aporta una condición mermante: el Mont Blanc ha perdido altura.

Aunque sigue siendo un coloso, el pico rocoso ha registrado en septiembre del presente año una altura de 4.805 metros, es decir, dos metros menos de lo que medía en 2021.

Los expertos apuntan a que la causa está en la disminución de las precipitaciones en verano. La altura del Mont Blanc sobre el nivel del mar es de 4.792 metros, pero es su espesa capa de hielo y nieve lo que le hace variar en cuanto a su altura final en función del viento y el tiempo.

Mediciones cada dos años

Unas 20 personas, equipados con herramientas de alta tecnología y hasta un dron, escalaron el pico a mediados del mes de septiembre para realizar mediciones durante varios días.

Los investigadores llevan midiéndolo cada dos años desde 2001 con la intención de recabar información necesaria para estudiar el impacto del climático en los Alpes. «Estamos recopilando los datos para las generaciones futuras, pero no estamos aquí para interpretarlos, eso se lo dejamos a los científicos», declaró Jean des Garets, presidente de la cámara departamental de geómetros de Alta Saboya.

Garet, a pesar de la certeza de que el deshielo de los glaciares se está acelerando como consecuencia del calentamiento global, añadió que la gente no debe utilizar la medición de la altura «para sacar conclusiones precipitadas», ya que si bien ahora el Mont Blanc ha disminuido, es posible que vuelva a crecer para la siguiente medición. «Hemos aprendido mucho de estas mediciones y ahora sabemos que la cumbre cambia constantemente de altitud y posición», añadió.

Los topógrafos saben que la altitud de la cumbre varía según la estación, ya que el Mont Blanc es un «complejo dunar» donde el viento, más fuerte en invierno, planea la nieve más que en verano. Por ello, la cima es más alta al final de la estación estival que en primavera.

​«Medimos, observamos (...). Estamos ahí como centinelas del medio ambiente», concedió des Garets. «Corresponde ahora a climatólogos, glaciólogos y otros científicos utilizar todos los datos recogidos y plantear todas las hipótesis para explicar este fenómeno».