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Una persona pasea a su perro con una correaPxhere

«No te preocupes que no muerde»: cómo actuar ante un perro cuando tenemos miedo de él

Muchos dueños tienden a restarle importancia, pero entre el 7 y el 10 por ciento de las personas sufren de cinofobia, miedo irracional a estas mascotas

Acudir a casa de alguien y que el perro se nos abalance encima o ir caminando por un parque y que algún can venga hacia nosotros. Son situaciones cotidianas en las cuales el dueño del animal siempre suele decir algo como «no te preocupes, que no hace nada» o «que no muerde». Una coletilla que, sin embargo, no tranquiliza a quienes no tienen relación con los perros, les tienen respeto o directamente sufren cinofobia, miedo irracional a estas mascotas.

Para empezar, la nueva ley de bienestar animal impulsada por el ministerio de Ione Belarra y que entró en vigor hace un mes, prohíbe dejar a los animales sueltos «en lugares públicos o privados de acceso público». Según el apartado 'd' del artículo 25, esta limitación se aplicará especialmente «en los parques nacionales, cañadas donde pastan rebaños o animales u otros espacios naturales protegidos donde puedan causar daños a las personas, al ganado o al medio natural». Por ende, será responsabilidad de los dueños el llevarlos atados para evitar cualquier tipo de daño a terceros.

Según los especialistas en el tema, entre el 7 y el 10 por ciento de la población tiene cinofobia. Un temor incontrolable que hace que esas personas sufran ansiedad, sudores, temblores, taquicardia o mareos, entre otros muchos síntomas, cuando se encuentran cerca de un perro. Sin embargo, esto no se debe confundir con el simple miedo o respeto hacia los canes, un sentimiento mucho más extendido.

Quienes sufren esta afección, según explican desde Entrelazadogs, podrían dejar de frecuentar lugares donde haya perros, incluso evitar salir a la calle de solo pensar en la posibilidad de cruzarse con algún can. Dado el gran número de estos animales que hay en nuestro país –más de siete millones según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos de Animales de Compañía–, esto repercute de manera negativa en la cotidianeidad de esas personas, afectando severamente su calidad de vida.

Cómo perderles el miedo

Para poder afrontar ese miedo o fobia, es aconsejable, en primer lugar, ponerse en contacto con un profesional. Si el miedo no es irracional, se puede probar a exponerse de manera gradual y controlada a los perros, algo que puede comenzar con una exposición sumamente paulatina hasta terminar estableciendo contacto directo con los animales.

Los expertos recomiendan también practicar técnicas de relajación para aminorar esos síntomas físicos que se producen al estar en contacto con los animales o realizar una jerarquía en la que se anoten diferentes situaciones relacionadas con los canes en las que se siente miedo.

Asimismo, para evitar que se genere este temor, es esencial que los niños aprendan y se eduquen de forma correcta para saber cómo acercarse a ellos y cómo tratarlos.

Multas si tu perro ataca a una persona

Los vecinos de la provincia de Zamora están aún compungidos después de que esta semana siete perros de pastoreo atacaran a una enfermera de 27 años que paseaba por las inmediaciones de su pueblo provocándole la muerte. El suceso está siendo investigado por la Guardia Civil y el dueño de los canes puede ser acusado de homicidio imprudente, ya que los animales se encontraban sin atar y sin ningún tipo de vigilancia.

Pero en el caso de que un perro provoque daños menores a este, la responsabilidad también recaerá sobre el dueño. Tal y como establece el artículo 1905 del Código Civil, «el poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Solo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido».

Por tanto, el propietario deberá hacerse cargo de la reparación de los daños, que pueden ser materiales, personales médicos o veterinarios. En el caso de que el animal provoque la muerte de una persona, se podrá considerar homicidio imprudente, que en este caso se pagará con penas de prisión que pueden ir de uno a cuatro años.