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Para 2040 podría haber más de 14,2 millones de personas mayores en España

Los octogenarios y centenarios aumentan en nuestro país, especialmente las mujeres

La esperanza de vida se ha incrementado de forma espectacular durante todo el siglo XX y la tendencia general es a que continúe siendo así en el XXI. Según el informe que ha presentado este martes el Departamento de Población del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los octogenarios y centenarios aumentan en España, especialmente las mujeres.

El documento, enmarcado en la serie iniciada en 2013 por el Laboratorio Envejecimiento en Red, recopila datos de organismos nacionales e internacionales para ofrecer una visión conjunta de las condiciones de vida de los mayores de 65 años, es decir, casi 10 millones de personas que representan el 20 % de la población española.

Así, señala que en España, el cuarto país de la UE con mayor número de mayores en cifras absolutas y por debajo de la media en relativas, se ha producido un aumento de las personas mayores y de la edad media de la población, situada en 44,08 años, según los datos estadísticos del Padrón Continuo (INE) a 1 de enero de 2022.

En este sentido, destaca el crecimiento de la proporción de octogenarios y centenarios, según ha subrayado el demógrafo del Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC) y coordinador del informe, Julio Pérez Díaz. Los octogenarios representan al 6 % de toda la población, mientras los centenarios empiezan a hacerse notar con más de 19.600 empadronados (1.619 más que en el año anterior), siendo las mujeres mayoría en ambos casos.

Igualmente, incide en que en 2022 las personas mayores se concentran en los municipios urbanos, con un millón de ellas en Madrid y Barcelona, si bien la proporción de personas mayores respecto del total es muy superior en el mundo rural.

De cara al futuro, el informe indica que para 2040 podría haber más de 14,2 millones de personas mayores que supondrían un 27,4 % de la población en España, que alcanzaría los 52 millones de habitantes, 4,5 millones más que ahora.

Aumenta la supervivencia de las parejas

En el ámbito social, incide en que en España se observa en las últimas décadas un incremento de los hogares unipersonales y en pareja sin otros convivientes en personas de 65 y más años, aunque las proporciones son todavía menores que en otros países europeos.

En este sentido, precisa que la proporción de hogares unipersonales es mayor entre las mujeres que entre los hombres y hace hincapié en que la proporción de hogares de parejas sin otros convivientes también ha aumentado notablemente, tanto para hombres (de 47,7 % en 2010 a 50,6 % en 2022) como para mujeres (de 30,1 % en 2010 a 34,5 % en 2022).

«Esto es nuevo», ha celebrado Pérez Díaz en relación con la supervivencia de las parejas, mientras se espera que esta forma de convivencia, que es mayoritaria entre los hombres mayores, aumente y tenga consecuencias en la redistribución de los cuidados dentro del hogar, con el varón teniendo algo más de protagonismo.

Sin embargo, la viudez sigue predominando como estado conyugal entre las mujeres a partir de los 77 años, mientras en el caso de los hombres prevalece el estar casados hasta los 92 años, de acuerdo a datos del INE recogidos por el informe.

En este contexto, la soledad sigue preocupando al haber 1,7 millones de personas mayores de 70 años que viven solas, pues son además quienes registran niveles más bajos de felicidad. En general, el porcentaje de personas que dice ser feliz siempre o la mayor parte del tiempo disminuye con la edad y son las mujeres las que suelen declarar niveles más bajos, sobre todo en edades avanzadas, resalta el informe.

Cuidadores «con mucha carga»

En relación con los cuidados, el estudio precisa que en España hay unas 638.000 personas que cuidan a personas dependientes mayores de 70 años u otro tipo dentro del hogar y 920.000 que lo hacen fuera del mismo. Las mujeres son las que se encargan principalmente de esta tarea y, en concreto, las de entre 50 y 59 son las que más contribuyen.

En este apartado, Pérez Díaz ha destacado la figura de las personas mayores como «cuidadores de los más jóvenes y más mayores», una tarea que cada vez ejercen más «con mucha carga y poca ayuda», ha dicho. Al respecto, el informe refleja que los mayores hombres y mujeres, cuando cuidan, lo hacen con alta dedicación horaria y más de dos tercios dedican más de una hora diaria al cuidado.

Además, ahonda en que aumenta algo el tiempo de cuidado prestado por los hombres, mientras baja el de las mujeres, lo que puede explicarse por el proceso de envejecimiento y sobreenvejecimiento de los ya mayores y la evolución resultante de los tipos de hogar.

La brecha digital ha sido otro de los ámbitos analizados en el estudio, que apunta que esta se reduce rápidamente en los últimos años con la llegada a edades avanzadas de personas que ya utilizaban internet previamente. En 2006 la brecha era de 76,2 puntos porcentuales entre el grupo de edad más conectado (16-24 años) y el de los mayores (65-74 años), y en 2022 esta se reduce a 23,4 puntos.

Pensiones y salud

En cuanto a los indicadores económicos, resalta que la pensión media de jubilación se sitúa en 1.375 euros, aunque hay disparidades regionales, y recuerda que la brecha de género sigue existiendo aunque se ha reducido.

También, subraya que un 89,4 % de los mayores tiene vivienda en propiedad y su posición económica ha mejorado en los años posteriores a la crisis económica de 2008, mientras la proporción de población en riesgo de pobreza se ha estabilizado en torno al 18,7 % en 2022.

Por otro lado, del informe se desprende la importancia de la calidad de vida en un contexto de aumento de su esperanza. Si se mide el porcentaje de tiempo que se vive en buena salud a partir de los 65 años, el contraste entre hombres y mujeres se hace patente: para los varones el 55,7 % del tiempo restante por vivir (10,7 años) lo es en buenas condiciones, mientras que se reduce al 43,8 % (10,3 años) en el caso de las mujeres.

Respecto a la morbilidad, más de la mitad de todas las hospitalizaciones son de mayores y las tasas de mortalidad masculina superan a las femeninas en todas las edades. Además, las enfermedades del aparato circulatorio siguen como la principal causa.

Pérez-Díaz ha llamado a «no temer» al envejecimiento, que «no es más que una muestra del mayor éxito de la humanidad», y ha pedido no verlo «como una crisis», al tiempo que ha defendido el aumento de las pensiones.