Estos son los abusos y excesos que se siguen cometiendo en algunos restaurantes y bares

Lo sucedido recientemente en una pizzería de Valencia, donde un grupo de comensales que había reservado una mesa para cenar seis personas en el interior del restaurante y que, más de veinte minutos después, fueron expulsados del mismo por haberse presentado tan solo tres, ha reabierto el debate sobre cuánto deben esperar los hosteleros a que el grupo se complete, habida cuenta del uso de una mesa y de la espera de otros posibles clientes.

En este caso, los afectados denunciaron en sus reseñas que el gerente les echó por tardar veinte minutos en pedir la comida, ya que estaban esperando al resto de los amigos que se retrasaban, y eso a pesar de haber pedido ya una consumición, por lo que estaban ya ejerciendo un gasto. «Fue absurdo, porque aunque pidiéramos (la comida más tarde), igualmente lo íbamos a hacer».

Los propietarios de la pizzería, por su parte, entienden que es «una vergüenza» reservar una mesa para seis personas a las 21.00 horas de un sábado (hora punta) y que «28 minutos después solo habían llegado tres de ellos, y querían seguir esperando a los otros comensales».

Sea como fuere, y habiendo posturas a favor y en contra, lo sucedido vuelve a poner en cuestión un tipo de prácticas que siguen sucediendo en el sector de la hostelería, y aunque una golondrina no haga verano, lo cierto es que cuando se dan deja en muy mal lugar al resto del gremio, al verse el público, que es el que paga, desprotegido ante un mal servicio. Repasamos algunos de ellos.

Agua del grifo

En abril de 2022 se aprobó la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular que, entre otras cosas, establecía que los locales de hostelería y restauración deben ofrecer siempre a sus clientes la posibilidad de beber agua del grifo y no envasada al objeto de evitar el abuso de plásticos desechables.

De esta manera, el comensal podrá beber agua de manera gratuita. Sin embargo, y más de un año después, esta práctica no se ha instaurado de manera genérica en todos los restaurantes, que están obligados a ello, si no que los que cumplen la ley y lo ofrecen son a día de hoy los menos.

Cobros extra

Cortar un sándwich en dos, añadir un plato vacío en la comanda con el fin de compartir comida, calentar el biberón… Eran algunas de las prácticas que normalmente suponían un gesto de buena voluntad por parte del local, porque lo hacía y sin cobrar por ello.

Sin embargo, en los últimos tiempos se han registrado quejas de consumidores reportando situaciones de abuso, habiéndose llegado a cobrar por pedir más hielo para el refresco o el café, incluir los cubiertos en la factura –o un tipo de entrante o aperitivo que no se ha solicitado–o exigir el pago de una cantidad por la limpieza del mantel o los baños.

En ese caso, son prácticas expresamente prohibidas y en caso de producirse, se pueden denunciar.

Reservas

Al igual que el comensal debe comprometerse a, en caso de efectuar una reserva anticipada de mesa, hacer uso de ella, y en el caso de surgir algún imprevisto que le impida hacerlo, avisar, el restaurante tampoco puede llevar a cabo determinadas prácticas para cubrirse las espaldas.

Por ejemplo, y una muy extendida, es la de rechazar las reservas de una sola persona. De hecho, en algunas reservas online es común que empiecen directamente por a partir de dos personas, pero hay más, como pedir un número de tarjeta o incluso una cantidad económica, aunque sea simbólica, en el momento de llamar para efectuar la reserva.

Estas últimas puede que sean legales, pero son una clara desconsideración hacia el futuro cliente.

Modo de pago

No puede rechazarse el pago en efectivo, aunque algunos locales lo hacen. Respecto al pago con tarjeta, quizás la práctica más habitual en nuestros días, por su comodidad, hay más dudas. Al parecer, podría rechazarse si se advierte claramente antes de consumir.

Los precios fuera de carta

Es habitual que muchos restaurantes, aparte de la carta (que junto al popular código QR, han de ofrecer física), 'canten' más platos fuera de ella de los que sin embargo, no vienen acompañados de su precio, que el cliente ha de conocer en todo momento.

En la OCU insisten en estar vigilantes con los platos que no figuran en el menú o que, por ejemplo, sí aparecen pero acompañados de la frase «según mercado», algo que suele suceder con muchos pescados o determinado tipo de carne. «En estos casos, el cliente tiene que ser informado del precio», dice la organización de consumidores.