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La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez PamEFE

Rodríguez 'Pam' dice que a los hombres políticos «no se les exige lo mismo físicamente» que a las mujeres

La polémica secretaria de Estado de Igualdad presenta un informe sobre «gordofobia» en el sector audiovisual

La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez 'Pam', cree que a los hombres en política «no se les exige físicamente lo mismo que a las mujeres».

En un acto organizado por el Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA), la polémica activista con cargo institucional ha asegurado estar «cansada» de ver a políticos «todos con trajes muy parecidos, independientemente de su ideología», ocupando «los mayores puestos de poder» en España. «Y son señores, con todo mi respeto porque yo soy gorda y no demasiado guapa y lo puedo decir, calvos y no demasiado guapos. Y nadie les dice nada por ello», ha añadido. ‘Pam’ ha intervenido en dicho acto para presentar su primer informe sobre «gordofobia» en el sector audiovisual español.

«¿Por qué hasta ahora hemos castigado a una serie de cuerpos y a otros no? Yo, muchas veces en broma y con humor intento plantearlo, pero es una realidad. A los hombres en política no se les exige físicamente lo mismo que a las mujeres ni se les exige entrar en el mismo canon», ha opinado la secretaria de Estado, quien suele sembrar la polémica con todo tipo de relaciones de las cuestiones más insospechadas con el machismo.

Nunca se puede dejar de ser gordaÁngela Rodríguez 'Pam'Secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones

Rodríguez ‘Pam’ ha señalado que estos políticos «calvos y no demasiado guapos» están en los Gobiernos, en el Congreso de los Diputados o en el Consejo General del Poder Judicial. «En cambio, las mujeres que tienen ese poder, si quieren ser consideradas mujeres a todos sus efectos, tienen que entrar cada vez más en un canon más estrecho, en el que hay que tener el pelo de determinada manera, peinado de determinada manera, con determinadas mechas o ropa. Esa mujer tiene que estar dispuesta a llevar siempre tacones, dispuesta a estar suficientemente delgada y al mismo tiempo ser una madre estupenda. En cambio, cuando hay pocas mujeres que se salen de eso, los relatos que se hacen sobre ellas son otros, ¿no?», ha valorado.

Mención a Rita Barberá

Según ella, esta cuestión afecta a todo el espectro político, no solo entre las mujeres de izquierdas, y ha puesto como ejemplo a la difunta exalcaldesa valenciana Rita Barberá, que, ha dicho, es «un caso bastante paradigmático de cómo la narrativa que se construía sobre ella como mujer era muy diferente».

Respecto a los personajes del audiovisual, ha señalado que la mayoría de las personas nacidas en los 80 y en los 90 han crecido con «cosas absolutamente terribles, muy validadas precisamente por la cultura audiovisual». «Es inevitable acordarse de esa película, Amor ciego, en la que el problema era que un tío se enamoraba sin saberlo de una gorda. ¡Por Dios, cómo le va a pasar eso a alguien! O esa otra película, tan mencionada para hablar de la idea de la mujer libre, que era Bridget Jones: en el fondo lo que reproducía era el estigma de la soledad de la mujer, que no se esfuerza lo suficiente por ocupar un cuerpo determinado y se merece el castigo de la sociedad», ha puntualizado.

Asimismo, ha expuesto el caso de Rosa en la primera edición de Operación Triunfo, asegurando que cada vídeo en el que salía era de «una violencia brutal». «Daba igual cómo cantara, daba exactamente igual lo que hiciera, el problema era que era gorda», ha remarcado, para luego añadir que «nunca se puede dejar de ser gorda». «Gorda no se es solamente por lo que se pesa, gorda es una cuestión profundamente política», ha concluido.