Más de la mitad de las paradas cardiacas se dan en los domicilios: así debes actuar
Se suele dar mayoritariamente en hombres (71 por ciento) con edades comprendidas entre los 63 años
En España, el 60 % de las paradas cardíacas sucede en el domicilio y sólo un 15 % en presencia de los servicios de emergencia, datos que ponen de manifiesto la importancia de la formación desde edades tempranas, clave para salvar la vida en este tipo de situaciones. Es un proceso más frecuente en hombres (71 %) y la edad media en la que se produce es de 63 años. Sólo un dos por ciento de los pacientes son menores de 16 años.
Son algunas de las conclusiones del informe, Registro español de parada cardíaca extrahospitalaria 2022, que han presentado hoy Fundación MAPFRE y el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP). El registro ha sido declarado de interés sanitario por el Ministerio de Sanidad.
El informe, que se ha dado a conocer en el VI Congreso Nacional del Consejo Español de RCP, ha contado con la participación de un total de 18 servicios de emergencias médicas, 16 de ámbito regional y dos, de ámbito municipal, que en conjunto atienden a una población de más de 44 millones de habitantes.
También Antonio Guzmán, director de Promoción de la Salud de Fundación MAPFRE, que ha participado en la presentación, ha indicado que las experiencias en otros países han demostrado que cuantos más ciudadanos sepan responder ante una parada cardíaca y más disponibilidad de desfibriladores de acceso público haya, «mejores serán las tasas de supervivencia en caso de paro cardíaco».
Desconocimiento de la RCP
Sólo en cuatro de cada 10 casos de parada cardiaca los testigos recurren a maniobras de RCP y en uno de cada tres de estos casos lo hacen con apoyo telefónico de los centros de coordinación. Los servicios de emergencias médicas consiguen recuperar el pulso y trasladar al hospital al 31 % de los pacientes de paro cardíaco fuera del ámbito hospitalario en España. La supervivencia, una vez alcanzada el alta del paciente, es del 11,4 por ciento, de los cuales un 9,8 por ciento regresa a su casa en buen estado neurológico.
El informe revela, además, que España se sitúa por debajo de la media europea en actuación por parte de los testigos frente a este tipo de emergencias. En concreto, más de la mitad de las paradas que suceden en el domicilio (53 %) son presenciadas por familiares y otras personas y apenas el cuatro por ciento de las reanimaciones realizadas por testigos utiliza un desfibrilador externo automático (DEA).
La importancia de los primeros minutos
En caso de parada cardíaca, los primeros auxilios deben practicarse con la mayor rapidez posible. El 23 % de las personas que sufren parada cardíaca son atendidos en los primeros ocho minutos y más de la mitad (66 %) en los primeros 15, lo que pone de manifiesto la importancia del tiempo de actuación. Según los expertos, desde que se produce una parada, cada minuto que pasa representa un 10 % menos de probabilidad de supervivencia.
También señalan que la probabilidad de sufrir daño cerebral es mayor si la parada dura más de cinco minutos sin intervención. El informe también subraya que, en seis de cada 10 llamadas a los servicios de emergencias sanitarias, el paciente estaba inconsciente, pero existen otros motivos de llamada relevantes en este tipo de casos, como el dolor torácico.
Mayor implicación social
El doctor Fernando Rosell, investigador principal del informe, ha comunicado que una RCP básica «triplica la posibilidad de supervivencia del paciente», una cifra que sería mayor si los pacientes llegaran en buenas condiciones. Además, ha destacado que la parada cardíaca respiratoria extrahospitalaria es «un proceso tiempo-dependiente» en el que cada minuto de retraso en recibir asistencia «juega en contra» de la probabilidad de supervivencia, así como de repercutir en la gravedad de las secuelas.
Por este motivo, el médico del 061 de La Rioja y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES), ha hecho un llamamiento a la sociedad, para que se implique más en «la atención de estos pacientes», especialmente en los primeros minutos y hasta que los servicios de emergencia llegan.
También ha destacado la importancia de la enseñanza de estas maniobras desde la escuela para conseguir que la formación llegue al mayor número de personas, ya que esta es una de las asignaturas pendientes en España. En este sentido, ha hecho alusión al programa ‘Aprendiendo Juntos a Salvar Vidas’, un plan de formación que impulsan Fundación MAPFRE y el CERCP desde hace años, y que está dirigido a las escuelas con el objetivo de formar a los profesores y enseñarles a trasladar este conocimiento a los alumnos, «para facilitar la formación y generar así un efecto multiplicador del conocimiento».
Cómo se debe actuar
Lo primero que se debe hacer ante esta situación es valorar el estado de consciencia de la víctima, para lo que habrá que intentar comunicarse verbalmente con ella. En caso de no recibir respuesta, se sacudirá suavemente a la persona por los hombros para comprobar si se mueve. En caso negativo, se pedirá ayuda y se pondrá a la víctima boca arriba para determinar si se ha detenido la respiración.
Tras confirmar que el paciente no respira, se debe llamar a los servicios de emergencia y comenzar la RCP lo antes posible
Tras confirmar que el paciente no respira, se debe llamar a los servicios de emergencia y comenzar la RCP (reanimación cardiopulmonar) lo antes posible, a través de compresiones torácicas a un ritmo de alrededor de 100-120 compresiones por minuto alternando con respiraciones a ritmo 30:2. Si no se está preparado o no se siente capaz de realizar respiraciones, se pueden realizar las compresiones ininterrumpidamente.
También se debe pedir un desfibrilador automático externo (DEA) y utilizarlo en cuanto esté disponible, sin olvidar que la RCP no debe detenerse. El desfibrilador analizará el ritmo cardíaco y determinará si es necesario administrar una descarga eléctrica. Si es así, después de la descarga, se debe reanudar la RCP inmediatamente. Es importante recordar que se deben seguir las instrucciones del centro de coordinación de emergencias, que es quien proporciona los pasos adecuados hasta que llegan los servicios sanitarios.