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La próxima ministra de Sanidad, Mónica García

La próxima ministra de Sanidad, Mónica GarcíaEuropa Press

Ministerio de Sanidad

Legalización del cannabis y más anticonceptivos financiados: la hoja de ruta de Mónica García en Sanidad

El ministerio garantizará que en todas las regiones «se respete el derecho de las mujeres» a abortar y sacará a los funcionarios de las mutualidades

Mónica García, hasta ahora líder de la oposición en la Comunidad de Madrid, suma una 'm' a su repetido eslogan, que a partir de ahora será 'médica, madre y ministra', y es que asumirá la cartera de Sanidad a partir de este mismo martes, cuando se produzca el traspaso por parte de José Manuel Miñones. Así se ha anunciado este lunes, cuando Pedro Sánchez ha dado a conocer la composición del que será su nuevo Consejo de Ministros.

Sumar y el PSOE han decidido hacer un cambio de cromos al entregar Igualdad –hasta ahora pilotado por Irene Montero– a los socialistas y cambiarlo por Sanidad. Este es realmente un ministerio con pocas competencias, ya que la mayoría están transferidas a las comunidades autónomas. Sin embargo, Sumar llevaba en su programa electoral del 23 de julio varias medidas, algunas de ellas controvertidas, que ahora tendrán la opción de implementar con García en el Ejecutivo.

En su primer punto en materia sanitaria, el partido de Yolanda Díaz apostaba por un pacto por la salud en España con el que «se actualizará el Sistema Nacional de Salud (SNS) blindando su universalidad y su carácter público y mejorando su eficacia y su coordinación».

De igual manera, en materia organizativa proponían rediseñar el Consejo Interterritorial de Salud para establecer una nueva gobernanza entre el Ministerio y las comunidades autónomas. Asimismo, el incremento de la inversión sanitaria estaba también incluido en el programa de manera que, si Sumar cumple con sus promesas, el gasto sanitario público aumentará anualmente medio punto del Producto Interior Bruto (PIB) «hasta igualar el porcentaje promedio de los diez países europeos con mayor participación de gasto sanitario público sobre el PIB».

En su hoja de ruta estará también uno de los grandes problemas de nuestro sistema: las listas de espera. El partido de García se comprometió a aprobar una ley de listas de espera que establezca tiempos máximos y garantice «un registro homogéneo, transparente y fiable de las listas de espera en todo el país», según reza el programa.

Además, se comprometieron a incorporar a los servicios sanitarios públicos nuevas prestaciones que hasta ahora no estaban incluidos en la cartera básica o lo están de forma insuficiente, como la salud bucodental, la nutrición, la salud óptica, la audioprótesis, la psicoterapia, la terapia ocupacional y la fisioterapia.

Otra bandera que enarbola Sumar y que ahora tendrá que materializar es la de la salud mental. Proponían campañas «urgentes» para mejorar la atención específica de colectivos especialmente vulnerables al sufrimiento psíquico y defendían un Pacto de Estado para que «estas políticas partan del consenso institucional». Desde el socio minoritario del Ejecutivo avanzan ya que el ministerio contará con un la figura de un comisionado especial sobre salud mental.

Regulación «íntegra» del cannabis

Siguiendo la estela de lo planteado por Podemos en el pasado, desde Sumar se apoya una «regulación íntegra» del cannabis y el modelo de asociaciones cannábicas basadas en el autoconsumo y sin ánimo de lucro, despenalizando la producción y el consumo propio. En cuanto al cannabis con fines medicinales, Sumar apoya su legalización, ya en trámite.

«Se legislará para acabar con el vacío legal existente, despenalizando la producción y el consumo propio y sin ánimo de lucro para no favorecer a las mafias que se enriquecen con el tráfico ilegal, y se fomentará la información sobre los efectos del consumo de drogas para un consumo responsable y libre. El cannabis se regulará íntegramente en el nuevo contexto nacional e internacional, desde planteamientos respetuosos con los derechos humanos, la evidencia científica, la realidad social, la salud individual y colectiva y la necesaria protección de las personas en situación de vulnerabilidad», según explicaron en la presentación de sus propuestas.

Aborto y anticonceptivos

El equipo de la nueva ministra apuesta también por favorecer el aborto en todo el territorio. Garantizará que en todas las comunidades autónomas «se respete el derecho de las mujeres a llevar a cabo las interrupciones voluntarias del embarazo dentro de la red sanitaria pública» y llevará a cabo un plan nacional del fomento del uso del anticonceptivo, basado en la «educación sexual integral, acceso gratuito y universal a métodos anticonceptivos».

De igual manera, el partido de Yolanda Díaz cree necesario promover un plan de salud sexual y reproductiva que incremente el abanico de anticonceptivos financiados por el SNS e incluso haya una producción nacional de los mismos. Se pretende asimismo llevar a cabo una prevención de los problemas de adicción derivados del llamado chemsex, que consiste en consumir drogas para facilitar o intensificar la actividad sexual.

Otra de las ideas claves de Sumar es crear una empresa farmacéutica pública que investigue, fabrique y comercialice medicamentos, terapias esenciales y vacunas, «guiándose por principios de interés público». También se fijan como objetivo «avanzar en la eliminación progresiva del copago farmacéutico, priorizando a personas de rentas bajas y elaborando un catálogo de medicamentos de alto valor terapéutico exentos de copago».

Sacar a los funcionarios de las mutuas

Otro de los puntos espinosos del programa de Sumar está en la integración de los funcionarios en la sanidad pública. Tal y como proponía Podemos en sus anteriores programas electorales, abogan por «integrar» a las personas que reciben actualmente prestación sanitaria bajo mutuas de prestación sanitaria privada –Muface (funcionarios), Mugeju (cuerpo judicial) e Isfas (fuerzas armadas)– «de forma paulatina, escalonada y programada» bajo la prestación sanitaria del sistema sanitario público.

Esto, de no reforzarse el sistema, podría suponer un colapso del mismo, y es que más de dos millones de personas forman parte de estas mutualidades. Según cálculos del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), el modelo Muface sale 800 millones de euros más barato que si los funcionarios estuviesen integrados en la sanidad pública, de tal manera que la atención a los mutualistas pasaría de costar 2.230 millones de euros a 3.030 millones.

Asimismo, Sumar también pretende que se elimine la posibilidad de que las entidades locales «realicen aseguramientos privados colectivos para sus empleados públicos».

«Alma, corazón y cerebro»

Tras conocerse la noticia, Mónica García expresó a través de su perfil en X su emoción por el comienzo de esta nueva etapa al frente de la cartera de Sanidad, en la que pondrá «el alma, el corazón y el cerebro» con el «mismo ahínco» con el que lo hizo en las mareas blancas. Además, ha bromeado con su mote: «Quienes con odio me llaman 'mema' por ser médica y madre ahora tienen una nueva sílaba que incorporar», ha recalcado con sorna.

Habrá que ver ahora si García es capaz de imponerse en el Consejo de Ministros a los socialistas e implementa todos estos puntos. Algunos de ellos, como la legalización del cannabis o la eliminación de las mutualidades de funcionarios son los que, a priori, podrían generar más choques con sus socios de gobierno.

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