Los Reyes Magos irán a pie: El PSOE de Gijón descarta los dromedarios para cumplir la ley de bienestar animal

Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente están llegando a España para el día 5 de enero hacer felices a miles de niños y adultos. Sin embargo, irán a pie, ya que no podrán contar con sus fieles aliados, los dromedarios. ¿La causa? La controvertida ley de bienestar animal impuesta por la que fuera ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.

En esta medida, y para asegurarse de que no se incumple la norma aprobada el pasado 29 de septiembre, el Grupo Municipal Socialista ha solicitado el acceso al expediente en el que figura el contrato realizado hace meses entre el Ayuntamiento de Gijón y la empresa Evecan, propietaria de los tres dromedarios que iban a acompañar a los Reyes Magos en la Cabalgata para conocer el procedimiento llevado a cabo con el mismo, las fechas y el resto de detalles.

Según explica Europa Press, la formación reclamará la comparecencia de los responsables «en la posible pérdida de más de 19.000 euros de dinero público», ha indicado el portavoz socialista, Luis Manuel Flórez.

Esta petición de expediente se ha llevado a cabo días después de que, Carmen Moriyón, la alcaldesa que había dado luz verde al uso de estos animales, anunciara la renuncia de la participación de los animales, ante un informe de la secretaria municipal que alertaba de los riesgos que suponía violar la ley de bienestar animal.

A pesar de que la presidenta de Foro Asturias ha reculado, el socialista Flórez ha denunciado la situación alegando que «lo propio de una gestión digna y acertada» del municipio hubiera sido que, antes de suscribir el contrato, «el Gobierno municipal se hubiera cerciorado del cumplimiento de todas las normas vigentes y no al revés». Además, ha añadido que ahora se encuentran con « la reclamación de la empresa» que exige el pago de la cantidad convenida que asciende a más de 19.000 euros.

Al hilo, miembros del PSOE han asegurado que la presencia de estos animales en la Cabalgata de Reyes suponía un «retroceso innecesario» y que además «generaba riesgos», ya que pueden asustarse ante las aglomeraciones, ruidos que se generan en días con tanta gente.