En qué consiste la teoría de la felicidad de Einstein que avalan los japoneses
El físico regaló a un repartidor unas claves para alcanzar esa satisfacción en la vida
La felicidad es uno de los sentimientos más ansiados por todos los seres humanos. Muchos desearían conocer una receta con la poder experimentar esta felicidad en su día a día, algo que el científico Albert Einstein escribió en una ocasión.
Hablamos de un documento que data de 1922. El premio Nobel de física se encontraba en Tokio, dando una serie de conferencias. Un mensajero acudió al Hotel Imperial, donde se alojaba Einstein, para entregarle un mensaje, algo que le agradeció ofreciéndole una nota.
En ella el científico había escrito lo que él consideraba los pasos para alcanzar esa felicidad. En una de las dos notas a mano y en alemán que le entregó se podía leer: «Una vida tranquila y modesta trae más felicidad que una búsqueda constante de éxito, unida a una agitación constante». La otra dice simplemente «donde hay voluntad, hay un camino».
Tras esta entrega, Einstein le dijo al mensajero: «Quizá, si tienes suerte estas notas se transformarán en algo mucho más valioso que una propina normal y corriente».
Estos escritos han cobrado especial valor, también económico, durante estos años. En 2017, las hojas salieron a subasta en la Casa Winner's Auctions de Jerusalén y se vendieron por la asombrosa cantidad de 1.586.000 dólares.
Una doctrina aplicada por los japoneses
Estos consejos del físico no distan demasiado del ikigai japonés, un concepto que considera que tener un propósito en la vida es clave para ser feliz. Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa, tiene un ikigai y encontrarlo requiere de una búsqueda interior, profunda y a menudo prolongada. Esta búsqueda se considera de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai trae sentido de la vida, y a su vez un motivo de satisfacción.
Esta máxima es la misma, por ende, que la que pregonó Albert Einstein a lo largo de su vida, que giraba en torno a la importancia de tener un objetivo que nos motive a vivir, así como a la importancia de perseguirla con tesón. En una ocasión dijo: «Si quieres vivir una vida feliz, átala a una meta, no a personas o cosas», por lo que se mantienen fuertes similitudes con el pensamiento japonés.