La defensa de la vida Despiden a una profesora de la Universidad Católica de EE.UU. por invitar a clase a una activista pro aborto
Cuando le preguntaron a sobre el término «persona que da a luz», la mujer explicó que los defensores de los trans lo utilizan para «evitar el lenguaje de género como mujer o madre»
Después de 49 años con la sentencia de Roe contra Wade, que protegía la libertad de todas las mujeres embarazadas que decidían abortar, la lucha por la vida continúa en Estados Unidos. Esta vez, los hechos han tenido lugar en el ámbito educativo. La Universidad Católica de América, la única institución de enseñanza superior fundada por la Conferencia Episcopal de EE.UU., ha despedido a Melissa Goldberg, una profesora y psicóloga, por invitar a clase a Rachel Carbonneau, una mujer a favor del aborto, a dar un curso «formativo».
El suceso, del que se ha hecho eco Catholic News Agency (CNA), salió a la luz después de varias semanas de investigación y un audio de un alumno que se encontraba en la clase. Esto le permitió a Peter Kilpatrick, presidente de la Universidad estadounidense, echar a la especialista, puesto que antes, aunque sabían que algo raro pasaba, «no tenían pruebas».
Al hilo, el dirigente del centro explicó que ahora tienen «pruebas claras» de que el contenido de la clase no se alineaba con la misión e identidad, han decidido rescindir el contrato con la profesora que invitó a la oradora.
Asimismo, Kilpatrick apuntó que como institución católica, el centro está comprometido a contar siempre la verdad de la persona humana, así como a proteger la vida desde la concepción hasta que se produzca la muerte natural. En este sentido, el director aseguró que en su rigurosa búsqueda de la verdad y la justicia, a veces se involucran «con argumentos o ideologías contrarias a la razón o al Evangelio».
A pesar de ello, el presidente del centro defendió que lo hacen confiando «plenamente en la claridad que brindan las luces combinadas de la razón y la fe» porque, como atestigua la vida y la virtud de Santo Tomás de Aquino, ese compromiso «nos ayuda tanto a crecer en nuestro dominio de la verdad como a responder al error con empatía, compasión y misericordia», relató.
Prohibido decir «madre» o «mujer»
Carbonneau, que es fundadora y directora ejecutiva de la empresa de Family Ways, una empresa que ayuda a familias durante el embarazo –incluye la posibilidad de abortos espontáneos o programados–, decidió explicar a los asistentes en el taller cómo se trabaja con mujeres que deciden acabar con la vida de sus fetos.
Tal y como escuchó el presidente en la grabación, la mujer al hablar del aborto comunicó que el objetivo «de muchos proveedores» es realizar estas controvertidas prácticas antes de que el bebé comience a desarrollar sus sistemas nerviosos. Es decir, a la quinta semana de la concepción, para que «no sienta ningún dolor».
En esa clase, Carbonneau también describió el riesgo «para la persona que da a luz». Tras esta intervención, un estudiante le pidió que ampliase su uso del término «personas que dan a luz». Después de la pregunta, la directora del centro, que trabaja con clientes que se identifican como transgénero, aseguró que se trata de una definición que los defensores de las personas trans suelen utilizar para «evitar el lenguaje de género como mujer o madre».