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Ecografía de un bebéFreepick

En qué consiste el síndrome alcohólico fetal, el trastorno que afecta al 50 % de los niños adoptados de Rusia

Si la madre ingiere esta sustancia prohibida durante el embarazo, el menor puede sufrir psicopatologías y problemas sociales

El pueblo de Castro Urdiales (Cantabria) sigue consternado por la muerte de Silvia López, una catequista de 48 años que fue asesinada a sangre fría por sus dos hijos adoptivos de 13 y 15 años el pasado miércoles. Lo que parecía darles esperanza y una nueva vida se convirtió en una tortura, los padres, según fuentes anónimas del periodista de El Debate, Nacho Abad, les pegaban, insultaban y maltrataban psicológicamente.

Los dos menores, que fueron adoptados por sus progenitores cuando tenían dos y cuatro años de edad, comenzaron sus primeros años de vida en Rusia. Según el Instituto Catalán de Acogida y Adopción y la Subdirección General de Drogodependencias de Cataluña, el 50 % de los niños adoptados en España que proceden de Ucrania y Rusia sufren de Trastornos del Espectro del Alcoholismo Fetal (TEAF), una enfermedad que se produce por el consumo de alcohol de la madre durante el embarazo.

No existen estudios con una gran cohorte de población que demuestre que este trastorno aumente la criminalidad o la agresividad. Sin embargo, Joan Colom, subdirector general de drogodependencias, ha explicado que los TEAF agrupan «un conjunto de anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas» que un individuo puede presentar cuando ha estado expuesto al alcohol durante su desarrollo prenatal.

Asimismo, según un artículo publicado en la revista científica Science, tanto la psicopatología de los padres como la dependencia materna prenatal del alcohol, pueden predecir el fenotipo conductual en los niños. Es decir, el menor puede poseer psicopatología y problemas sociales. Situaciones que no se da en aquellos cuya madre no ha ingerido bebidas de este tipo.

La investigación, en la que participaron el Hospital Clínic, el de la Vall d'Hebron y Sant Joan de Déu; cuyos equipos realizaron muestras a 162 niños y niñas adoptados en Cataluña entre 1985 y 2015, que procedían de Rusia y Ucrania, vieron que el 50 por ciento de los menores presentaba un TEAF. De ellos, un 20,4 por ciento padecía Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), la manifestación más grave de este tipo de trastornos.

Malformaciones e hiperactividad

Carla Herráiz Diez, matrona del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), señala a este medio que las anomalías que presentan estos niños tienen que ver con el peso, las conductas hiperactivas y malformaciones cráneo-faciales como surcos entre la nariz y el labio superior. Del mismo modo, cuando crecer, comienzan a tener «grandes dificultades» para razonar y suelen poseer un coeficiente intelectual bajo.

Y es que, según comenta la experta, cada gota de alcohol ingerida por la madre durante el embarazo cuenta. «Hay que beber cerveza cero-cero, no sin alcohol», recalca Herráiz. Además, recuerda que lo mejor durante el periodo de gestación es no beber nada, ya que no existen estudios que certifiquen a partir de qué cantidad un niño puede nacer con estos trastornos.

Todos los ciudadanos saben que el tabaco, las drogas y el alcohol, así como ciertos alimentos, están completamente prohibidos para que el feto vaya creciendo acorde a la naturaleza. A pesar de ello, hay madres que no pueden prescindir durante nueve meses de esos hábitos. En consulta, recuerda la matrona del hospital de Oviedo, hay madres que «sin ningún porblema dicen que beben».

Aunque sea una enfermedad que afecta gravemente a los niños, no es fácil identificar los síntomas sin acudir al médico y realizar pruebas. Es más, apunta la experta, hay que ir viendo poco a poco «conjuntos de problemas en el menor», puesto que cada persona es diferente.