La historia de una madre que siguió adelante: «Me diagnosticaron cáncer y a los dos días me enteré que estaba embarazada»

Las dos noticias más importantes de su vida llegaron casi de la mano. La vida le puso contra las cuerdas. María –nombre ficticio–, sin embargo, tuvo esperanza y, por eso, decidió abrazar la vida en todos los sentidos. Su historia no es fácil, pero muestra cómo las ganas de vivir siempre están ahí a pesar de la adversidad.

A María le diagnosticaron cáncer y a los dos días se enteró de que estaba embrazada. Las dos noticias fueron casi a la vez, pero ella se aferró a la vida en todo momento, tanto a la suya como a la de su bebé. Sin embargo, los médicos –en este caso– le aconsejaban que no tuviese a ese bebé, que abortase por las complicaciones que podían surgir a lo largo del embarazo debido a la enfermedad.

Ella lo tuvo muy claro desde el principio. En su situación, la vida se convierte en algo frágil, pero precisamente eso obliga a tomar consciencia del enorme valor que cualquier aspecto de la vida tiene. Por eso, porque la vida merece la pena vivirla, tanto María como su marido lo tuvieron claro: «Gracias a la educación y los valores que teníamos decidimos que no íbamos a abortar y que seguiríamos adelante con el embarazo, por las dos vidas».

A pesar de las adversidades, al cabo de seis meses nació su hija: «Francisca es registrada como una niña que nace viva». Aunque, a los dos días «muere por una falta pulmonar, pero la conocimos y murió en nuestros brazos».

Desde entonces han pasado cinco años y María sigue «luchando contra el cáncer», pero también «por las vidas de las dos, porque cada vida vale», ha sentenciado.

Aprender a apreciar la vida y valorar cada pequeño detalle, cada momento y cada instante como un regalo es algo que le pasa a María: «Para mí la vida es todo. Es una oportunidad de conocer y amar al que tienes al lado». Por eso, ha asegurado que: «Quitarle esa oportunidad a alguien de darse cuenta de las maravillas que hay, es injusto».