Lipoproteína (a): un colesterol desconocido que aumenta el riesgo cardiovascular y afecta al 20 % de la población
En el momento que se detecta esta afección, los expertos recomiendan contarlo a los familiares, puesto que es hereditaria
Hay muchas dolencias que poseemos y no lo sabemos porque no se manifiestan. Acudir de una manera rutinaria al médico podría salvarnos de complicaciones, enfermedades o detectarnos lipoproteínas, unas sustancias que transportan el colesterol en sangre. Estos complejos macromoleculares esféricos son desconocidos, pero es relavante saber que existen dos tipos principales: las lipoproteínas de alta densidad, también conocidas como colesterol HDL –conocido como bueno–, y las lipoproteínas de baja intensidad, que se conocen como colesterol LDL –el malo–.
Tal y como explica la doctora María Rosa Fernández Olmo, presidenta de la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC esta es un LDL al que se le añade una proteína, la apo (a), que le da unas características especiales, entre ellas que se herede y que intervenga en procesos proinflamatorios y protrombóticos. A su vez, esta partícula aumenta de forma precoz el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio o accidente cerebral vascular isquémico.
Sin embargo, como detalla la especialista en cardiología, la lipoproteína (a) no responde a las estrategias típicas de reducción del colesterol LDL, como la dieta, el ejercicio físico o la medicación para reducir los lípidos. «La cantidad de esta sustancia en sangre viene «determinada genéticamente y varía poco a lo largo de la vida». De hecho, el 20 % de la población la tiene alta.
¿Cuándo está alta y cómo reducir el riesgo?
Cuando los niveles están por encima de 50 miligramos de azúcar por decilitro (mg/dL) se sabe que empieza a aumentar el riesgo cardiovascular.
La dieta y el ejercicio no afectan a los niveles de lipoproteína (a) y las opciones de tratamiento para reducirla son limitadas, aunque hay algunos ensayos clínicos en marcha. Por esto, las guías de práctica clínica recomiendan usar fármacos para bajar los niveles de colesterol LDL en todas aquellas personas con esta partícula elevada.
Como no existen opciones para actuar directamente sobre la lipoproteína (a) el objetivo es controlar el resto de los factores de riesgo cardiovascular y mantenerlos a raya. Además de bajar los niveles de colesterol, hay que seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico de intensidad moderada de forma regular, evitar la obesidad y el sobrepeso, no fumar, y controlar los niveles de presión arterial y glucosa en sangre.
¿Por qué es importante medirla?
Precisamente, la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC expone que la lipoproteína (a) no se mide de forma rutinaria en las analíticas y, sin embargo, es importante hacerlo porque una persona puede tener niveles de colesterol total normales y aun así tenerla elevada.
Además, en caso de que una persona tenga alta la lipoproteína (a) debe comunicarlo a sus familiares para que estos puedan hacerse un análisis y conocer su situación, puesto que es probable que alguno padezca la afección.
En la última reunión de la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC se llevó a cabo la determinación de la lipoproteína (a) de todos los asistentes como medida de concienciación entre los profesionales. De las 170 determinaciones (101 mujeres y 69 hombres), el 89 % la tenía por encima de 50 mg/dl y el 2,9 % superaba los 90 mg/dl.