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Memorial por el asesinato de un niño de cinco años la semana pasada en GeronaEuropa Press/Glòria Sánchez

2024, a punto de convertirse en el año con más asesinatos por violencia vicaria

En los cuatro primeros meses de este año se habría alcanzado la misma cifra que en todo 2015, 2018 y 2021, con siete casos. Solo en 2017 se llegó a los ocho

2024 puede convertirse en el año con más casos de violencia vicaria en España de toda la serie histórica. En concreto, tras el asesinato de una mujer y sus dos hijos de Barcelona, son ya siete los niños presuntamente asesinados por su padre en 2024 y 57 desde 2013, cuando se empezaron a recabar datos.

Así, en los cuatro primeros meses de este año se habría alcanzado la misma cifra que en todo 2015, 2018 y 2021, con siete casos. Solo se supera en 2017, cuando se registraron ocho casos de menores asesinados por violencia de género.

Según el Ministerio de Igualdad, 2024 es el año con un mayor número de menores asesinados por violencia de género desde el 10 de abril desde 2013. De hecho, en ningún ejercicio anterior se superan hasta la fecha los tres casos.

De los siete menores asesinados este año, tres de ellos contaban con denuncias o medidas por violencia de género, de los que dos tenían medidas solicitadas por su madre/tutora legal y en uno no consta petición de medidas.

Asimismo, cinco de los siete casos de menores asesinados por violencia vicaria este año eran de Cataluña (71,4 %), mientras que los otros dos (28,6 %) eran de Andalucía.

Por edades, uno de estos menores (14,3 %) tenía en el momento del presunto asesinato entre uno a dos años; uno (14,3 %) de tres a cuatro; uno (14,3 %) de cinco a seis; tres (42,9 %) de siete a ocho, franja de edad de los dos últimos niños víctimas de violencia vicaria; y uno (14,3) de nueve a diez. Todos ellos eran españoles.

En cuanto a los agresores de los menores, uno de ellos (25%) se encontraba en la franja de edad de 21 a 30 años, le sigue uno (25%) de entre 31 y 40, uno (25%) de entre 41 y 50 y, el último (25%), entre 51 a 60. Tres de ellos eran españoles, mientras que uno era de otro país.

Por otro lado, el Ministerio del Interior tiene detectados en el Sistema VioGén más de 1.400 casos de violencia de género con menores expuestos a sufrir violencia vicaria, de los que 167 están en riesgo extremo o alto, según el último informe del mes de marzo.

En concreto, este refleja que hay un total de 1.431 casos con menores en riesgo de ser agredidos por el maltratador de su madre, de los que 1.264 están en un riesgo medio, 159 en alto y 8 en extremo. También expone que a 31 de marzo de este año hay 111 casos con menores en situación de vulnerabilidad alta y extrema (109 y 2) y 1.438 en media.

Actitud «más proactiva»

El exdelegado del Gobierno contra la violencia de género, Miguel Lorente, ha señalado en declaraciones a Europa Press, que, a su juicio, «hay que adoptar una actitud mucho más proactiva» para ser «eficaces» en la detección de la violencia de género. Además, considera que se está actuando con una mentalidad «muy policial», cuando no es un tema exclusivamente policial o judicial.

Además, Lorente ha indicado que considera que el propio concepto de violencia vicaria está generando «cierta distorsión», porque, a su juicio, parece que se habla de violencias «distintas». «El conceptualizar la violencia como vicaria cuando hay un asesinato, que parece que estamos hablando de algo diferente, genera falta de conciencia y falta de continuidad en una violencia que está, digamos, caracterizada por utilizarla contra quien considera que es de su propiedad, la mujer, pero también los niños y niñas», ha afirmado.

Lorente ha relacionado cuatro factores con la violencia de género y la violencia vicaria: el estacional, el estructural, el del negacionismo y el de imitación.

Respecto al factor de imitación, ha destacado que, actualmente, hay elementos para pensar que pueda estar incidiendo de alguna manera. «Es algo humano, no es de los asesinos, es humano. Los humanos funcionamos así. Y si queremos quitarle esa característica a los agresores, nos estamos equivocando, porque estamos perdiendo factores de riesgo», ha asegurado.

«El clima es un clima de violencia. No estamos hablando de algo que está pasando con los niños, no, es que estamos viendo cómo el negacionismo, la criminalización de los hombres, todo ese debate que está en las redes, que está presente en todo momento, está alimentando a los violentos y está justificando a los violentos», ha precisado.