Las medidas provida de Meloni contrastan con las de Sánchez, rendido a la cultura de la muerte
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, es noticia estos días por las medidas provida que está tomando su gobierno. Algo que la política prometió en su campaña electoral, donde afirmó que promovería alternativas al aborto y que ha hecho que la izquierda del país rabie al interpretar que es un «recorte» de los derechos de las mujeres.
A pesar de que la ley que hace el aborto legal en Italia sigue vigente, mediante una serie de enmiendas el gobierno actual facilita que las diferentes regiones que componen el país «puedan recurrir a la participación de entidades del Tercer Sector con experiencia cualificada en el apoyo a la maternidad, sin que ello suponga nuevas o mayores cargas para las finanzas públicas».
En este paquete de decisiones se pone, por ende, el foco en que las asociaciones provida puedan volver a las clínicas abortivas. Esta disposición que ha enfurecido a la izquierda y a asociaciones femeninas se encuentra en una enmienda al llamado «Decreto PNRR», un amplio texto legislativo con partidas de los fondos europeos del Plan de Recuperación de la pandemia. La futura ley recibió su primera aprobación ayer en la Cámara de los Diputados, presentada como una moción al Gobierno, una frecuente estrategia en el Parlamento italiano usada para acelerar la aprobación de leyes e impedir sus enmiendas.
El debate fue bronco, con la izquierda fuera de sí aludiendo a la supuesta falta de libertad de las mujeres y acusando a la derecha de hacer «escuálida propaganda con los cuerpos de las personas». El portavoz en la Cámara Baja del partido de Meloni, Manlio Messina, respondió con sarcasmo ante la visible indignación de las parlamentarias: «Quizá habría que repartir manzanilla», dijo.
La primera ministra italiana ya ha puesto en marcha una serie de políticas provida, como endurecer el acceso a la dañina píldora abortiva, y ha propuesto que las embarazadas escuchen el latido del feto o contemplen una ecografía antes de tomar una decisión definitiva.
Políticas opuestas a las de Sánchez
Este tipo de medidas contrastan con las que se han llevado a cabo en España en los últimos años, que son totalmente opuestas. Destaca la modificación de la ley del aborto llevada a cabo por la ya exministra de Podemos Irene Montero, bajo la cual se eliminaron los dos días de reflexión antes de matar al feto, así como la entrega de información sobre las alternativas y ayudas en el caso de seguir con el embarazo, a no ser que la embarazada lo solicite.
De igual manera, las jóvenes de 16 y 17 años pasaban a no necesitar el consentimiento paterno y la píldora del día después comenzaba a ser gratuita. Todo medidas que, junto a la aprobación de la eutanasia, promueven la cultura de la muerte como está haciendo la izquierda en todos los países europeos.
En esta última reforma no se alteraron los plazos, por lo que se puede abortar hasta la semana 14 de embarazo, aunque excepcionalmente se puede interrumpir hasta la semana 22 cuando exista grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada o riesgo de graves anomalías para el feto.
Asimismo, en 2022 se modificó el Código Penal para castigar a las personas que se concentren en los alrededores de las clínicas abortivas. A pesar de que estas personas ejercen su derecho a la libertad de expresión y solo quieren ofrecer otra alternativa a las madres que quieren abortar, sus manifestaciones están ya prohibidas en nuestro país.
Este es precisamente el punto que Meloni ha revertido en Italia al permitir que las asociaciones provida puedan acudir a los abortorios, así como promover las políticas que den una «oportunidad» a todas aquellas mujeres «que muy a menudo se ven obligadas a abortar porque no tienen apoyo económico».
Antonio Tajani, líder de Forza Italia y ministro de Exteriores de Meloni ha alabado la medida aprobada por le Parlamento y ha defendido que «no hay que criminalizar a quienes están en contra del aborto». Asimismo, ha abogado por la libertad de conciencia: «Es correcto que cada uno se comporte según sus propias creencias y conciencia», ha apostillado. Ante las críticas recibidas por la izquierda del país, Meloni ha sido tajante: «Entiendo que moleste a la izquierda y sus siniestras políticas de muerte».
Contestación a Ana Redondo
«En varias ocasiones he escuchado a ministros extranjeros hablar de cuestiones internas italianas sin conocer los hechos. Normalmente cuando se ignora un tema se debe tener la buena costumbre de no dar lecciones», dijo Meloni en Bruselas, según confirmaron a EFE fuentes de su equipo.