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Paradas de Sant Jordi en la calle Balmes, en una imagen de archivo.

Paradas de Sant Jordi en la calle Balmes, en una imagen de archivo.Wikimedia

Cataluña

Sant Jordi, la diada catalana que se está quedando sin rosas de Cataluña pero con copago para libreros

Solo unas 50.000 rosas de los siete millones que se venderán están cultivadas en Cataluña

Libreros y floristas miran al cielo esperando que el tiempo les dé una tregua y no llueva esta diada de Sant Jordi. Y es que ambos sectores tienen unas perspectivas muy altas, se juegan buena parte de la facturación del año en esta jornada. En el caso de los floristas, esperan vender unos siete millones de rosas. Pero, atención, porque menos del 1% serán de producción catalana. Son solo unos 50.000 ejemplares, que es lo que comercializará este año el único productor de rosas que queda en Cataluña, concretamente en Santa Susana, en la comarca del Maresme.

En los años 80, solo con lo que se producía ahí, en el Maresme, ya se podía cubrir prácticamente toda la demanda de Sant Jordi. Entonces, había una docena de empresas productoras y se dedicaban hasta 50 hectáreas al cultivo de la rosa. Pero ahora la situación ha cambiado drásticamente. El único productor que queda, Flors Pons, ha destinado este año unos 7.000 metros cuadrados para esta flor. Y se plantea dejar de hacerlo porque no le salen los números.

No hay relevo generacional, asegura uno de los propietarios de la empresa, Joan Pons; hay competencia «desleal» de otros países, como Colombia o Ecuador, que son los grandes productores del mundo; y el cambio climático es un factor que juega en contra. Pons explica que hace un par de décadas había «una veintena de heladas» entre enero y febrero que favorecían que la planta se desarrollara de forma correcta, y esta acababa «explotando» en primavera. Ahora no es así, asegura. Apenas ha habido una helada y el resultado es que los tallos de las rosas son más cortos y las copas más pequeñas.

Y a todo esto hay que añadir el uso de fitosanitarios, muy diferentes y con un control más estricto en la Unión Europea que en otros países. Y con las altas temperaturas, las plagas no se acaban yendo, y, por lo tanto, hay que «darles más tratamiento», asegura Pons. Y todo encarece el producto.

De ahí que el presidente de los mayoristas de Mercabarna-flor, Miquel Batlle, haya dejado claro que «no es rentable» producir el volumen de rosas que requiere una festividad como Sant Jordi. «Hay terreno para cultivar, pero no gente que lo haga», ha asegurado, y por este motivo, cree que «es el último año» en que se podrá contar con producción local.

Copago en algunas zonas para libreros

Y el mayor escaparate para Sant Jordi es Barcelona, donde habrá 425 paradas de rosas y libros y 3.356 metros de oferta en zonas profesionales. Para esta jornada se recuperará toda la Rambla, hasta el Centro de Artes Santa Mónica. Pero no solo habrá paradas en el centro. También se han preparado espacios en los siete distritos de la ciudad por primera vez.

Ya hemos explicado que los floristas son optimistas. También los libreros que esperan repetir las cifras del año pasado y vender 1,87 millones de ejemplares, con una facturación de 24 millones de euros. Y una de las novedades de este año, y que ha generado cierta polémica, es que haya una zona profesional en Barcelona que requiera un pago de entre 80 y 100 euros para ocupar cada seis metros de paradas. Desde el gremio lo justifican por los gastos de logística y de seguridad que comporta el montaje de estas paradas. Aunque, eso sí, aseguran que reflexionarán cuando acabe la jornada de este año sobre si es necesario, o no, el pago de esta cuota.

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