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Máquina de la fundaciónFundación Amancio Ortega

Cómo funciona la primera máquina de protonterapia que llega a la sanidad pública gracias a Amancio Ortega

Gracias a estas 10 primeras incorporaciones, el sistema sanitario de España se situará entre los primeros países más avanzados

Hace algo más de dos años, la Fundación Amancio Ortega pactó junto al Gobierno de España y varias comunidades autónomas una donación de 280 millones de euros para instalar 10 aceleradores de protones en el sistema público de salud para llevar a cabo el tratamiento de protonterapia, uno de los más eficaces e innovadores en el mundo.

Según indicó la fundación en una nota, los equipos se instalarán en varias ciudades españolas. En este sentido, las elegidas de momento son Santiago de Compostela (Galicia), Barcelona, (Cataluña) que contará con dos equipos; Madrid, que contará con dos equipos; Vizcaya (País Vasco), Málaga y Sevilla (Andalucía), Valencia y Gran Canaria (Islas Canarias).

La protonterapia no es nueva, pero, como ocurre con el resto de tratamientos sanitarios, va evolucionando. Este método está indicado para el tratamiento de neoplasias malignas en niños y pacientes que tengan tumores a los que no se pueda acceder con facilidad. Tal y como comunica la Fundación de Amancio Ortega, se trata de una «tecnología disponible más precisa y más avanzada» para luchar contra el cáncer mediante radioterapia.

Gracias a estas 10 primeras incorporaciones, el sistema sanitario de España se situará entre los primeros países más avanzados en cuanto a tecnología y avances hospitalarios. Además, podrá tratar por año a miles de pacientes. Algo que no pasa con otras máquinas.

Cómo funciona la protonterapia

La también conocida como terapia de protones se fundamenta en «un tipo de radiación diferente a la de la radioterapia convencional», explican desde la Clínica Universidad de Navarra.

Circuito de funcionamientoClínica Universidad de Navarra

Aunque funcione mediante radioterapia, no obtiene los mismos resultados. Mientras la primera se basa en «un haz de alta energía de rayos X (conocidos como fotones)», detallan los expertos. Esta novedosa técnica usa partículas aceleradas –protones– de alta tecnología. Esto permite que las radiaciones lleguen directamente a la masa maligna, inactivando así el tumor.

Según explica la Clínica Universidad de Navarra, esto ocurre por las características que poseen los protones. A diferencia de otras partículas, estos tienen una masa que no sufre alteraciones en ningún momento de su trayectoria hacia la lesión a tratar. Gracias al recorrido completo, consiguen depositar «la mayor parte de su energía» dentro del tumor. Además, debido a su «propiedad de frenado súbito», no irradian más allá de ese punto de frenación, situación que no pasa con los fotones de la radioterapia convencional.

Las sesiones de protonterapia tienen una duración estimada de unos 25 minutos, la mayor parte de los cuales se destinan a la colocación, posicionamiento y verificación guiado por imagen de la zona de tratamiento en el paciente. En este sentido, el tiempo que se le dedica a la irradiación es escaso. No supera el minuto, pero es muy eficaz.